Después de que dos camiones y una camioneta chocaran, dejando como saldo tres heridos y un derrame de sustancias tóxicas, un helicóptero aterrizaba en medio de la ruta 20 para auxiliar en el accidente. A la par, unos metros más abajo y sobre el río, vehículos militares cruzaban un pasante alternativo hecho por soldados para reemplazar al derrumbado puente de Caucete y así poder llevar asistencia a los damnificados por el terremoto. El otro ejercicio para proveer abastecimiento se dio por aire y en Pie de Palo, cuando un avión Hércules C130 dejó caer ocho toneladas de carga para asistir al pueblo caucetero. Y fue en este lugar, que ese caos del simulacro se cruzó con el de la información brindada en la previa sobre los víveres.
Sucede que las autoridades del Ejército anunciaron que ayer iban a arrojar por avión 8 toneladas de víveres, que luego serían repartidos en zonas humildes del departamento, especialmente en la zona de Pie de Palo. Pero las 8 toneladas fueron de carga, que incluyó combustible, lubricantes, elementos de campaña, agua, una estructura que funciona como centro de operaciones y hasta un vehículo todo terreno llamado Lohr, pero nada de alimentos.
Entonces, aparecieron las dudas sobre el destino de semejante cantidad de comida. Altas fuentes del RIM 22 informaron que la Municipalidad de Caucete y el Ministerio de Desarrollo Humano estaban encargados de elegir los lugares donde iban a repartir los alimentos, pero desde la comuna y la cartera afirmaron que no estaban involucrados ya que todo era un ejercicio militar.
Por eso, el jefe del RIM 22, Luis María Bordet, salió en la tarde a aclarar la situación. El coronel afirmó que no tuvieron tiempo de preparar el total de la carga para ser lanzada por avión y que sólo alcanzaron a empaquetar una sola, que fue largada el jueves en una prueba con el Hércules. El resto de los víveres fue distribuido en forma terrestre entre el miércoles y ayer. "No sé por qué algunos medios tomaron que las 8 toneladas lanzadas desde el aire eran sólo de víveres -dijo, pese a que esa fue la información vertida desde la Fuerza-. Fueron 8 toneladas de carga y dentro de ese total, la idea era largar una parte con víveres. Pero como no hubo tiempo para prepararlos, se transportaron en forma terrestre durante los días del ejercicio", dijo Bordet. Y detalló que fueron 500 bolsones de mercadería (cada uno con aceite, lentejas, azúcar, leche y arroz), 200 colchones, 250 frazadas, 400 pares de zapatillas y 10.000 litros de agua en sachet, distribuidos en la Villa Dolores, el asentamiento Corrientes y en el llamado Centro de Evacuación.
