El fuerte impacto de felicidad en el corazón y el ánimo de rescatistas y familiares de los mineros atrapados pareció ayer dejar en segundo plano lo verdaderamente importante a partir de ahora: sacar de las entrañas de la tierra a 33 hombres atrapados bajo miles de toneladas de rocas a 700 metros de profundidad. Y aunque en todo Chile reina la esperanza, los expertos estiman que la tarea demandará entre tres y cuatro meses de arduo y prolijo trabajo en los que los protagonistas de esta historia tendrán que colaborar para completar la hazaña.
El principal objetivo de los socorristas a partir de ahora es mantener a los mineros en las mejores condiciones físicas y psicológicas posibles, dado que tendrán que participar en su propio rescate.
Según el operario de rescate, Pedro Ramírez, los mineros deberán ser rescatados a través de un hoyo de 66 centímetros de diámetro, que se hará ampliando el hoyo ya existente de unos 8 centímetros de diámetro que hizo la sonda y a través del cual se estableció contacto ayer.
A partir de ahora "el trabajo que va a hacer la máquina es agrandar el agujero, y va a caer material" hasta los 700 metros de profundidad, donde se encuentran los mineros. "Ellos mismos van a tener que trabajar en su propio rescate porque van a tener que limpiar los elementos que caigan producto de esa excavación", dijo Ramírez a TVN.
"Nuestra gente (los mineros atrapados) deberá despejar el material y facilitar el trabajo que se hace en superficie", reiteró.
La complejidad del rescate obligará a los socorristas a sacar a los mineros "uno a uno" a través del hoyo que se empezará a cavar este mismo lunes, señalo Ramirez. "El rescate será persona por persona, con cuerda", añadió.
El minero más experimentado de los 33 atrapados en la mina escribió una carta a su familia en la que señala su optimismo ante el rescate dejando ver que los trabajadores están conscientes de que la labor puede durar meses y no será fácil. "Dios es grande, saldremos aunque tengamos que esperar meses", aseguró ayer Mario Gómez, de 63 años.
El texto de la carta, leída por el Presidente Sebastián Piñera frente a los medios de comunicación, señala: "Querida Lila, estoy bien, gracias a Dios espero salir pronto, paciencia y fe (…) Dios es grande vamos a salir con la ayuda de mi Dios (…) Aunque tengamos que esperar meses. Esa empresa tiene que modernizarse, le quiero decir a todos que estoy bien y que estoy seguro de que vamos a salir con vida".
Gómez cuenta que ahora están comunicados, que a un costado del refugio cae un poco de agua y que los sondajes han pasado (…) por detrás.
