Por fin, después de una década con un liderazgo timorato que la condenó a la irrelevancia, la Organización de Estados Americanos (OEA) volvió a la vida esta semana con una carta valiente de su Secretario General, Luis Almagro, en la que denunció el intento del gobierno venezolano de robarse las elecciones legislativas del 6 de diciembre.
Fue una agradable sorpresa. Almagro, el nuevo jefe de la OEA, es un diplomático uruguayo que muchos vimos con recelo cuando fue elegido. Durante su reciente gestión como ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Almagro había hecho la vista gorda ante los abusos del gobierno venezolano y sus aliados.
En este enlace. , todo el análisis de Andrés Oppenheimer, columnista de The Miami Herald y El Nuevo Herald, Miami
