Son adolescentes que en muchas oportunidades cambian los boliches y las salidas nocturnas por pasar varios días en la montaña con temperaturas extremas y dejando hasta el alma para llegar a la cumbre. Desde que comienzan la secundaria, empiezan a interiorizarse en el mundo del montañismo y muchos continúan con la actividad aún después de haber terminado la escuela. Se trata del Grupo de Montaña de la Escuela Industrial Sarmiento, de la UNSJ, que desde hace exactamente 20 años se dedica a enseñarles a los alumnos a desplazarse en la montaña pero también a compartir y a ser solidarios.
En algunos casos, lo que comienza como hobby, termina convirtiéndose en un estilo de vida y aunque salen de la escuela, muchos de estos chicos siguen en contacto con el grupo. Es por eso que ellos mismos dicen que esta especie de escuela se transforma en un semillero de montañistas.
Todo comenzó hace 20 años, cuando a Aldo Araya, que era el vicedirector de la Industrial, se le ocurrió convocar a los alumnos que estuvieran interesados en el montañismo. Empezaron 15 chicos y hoy el grupo está conformado por más de 40, sin contar a los colaboradores, que suelen ser los egresados de la escuela. Desde el 2003, el grupo lleva el nombre de su fundador y la materia Montañismo se encuentra incorporada a un taller de apoyo curricular opcional para los alumnos de la Industrial.
"El montañismo no es una actividad aislada de la escuela. Muchas cosas de las que vi en el campo me sirvieron en algunas materias. Aprendemos geografía, cartografía, clima y hasta cuestiones de salud", dice Matías Saavedra, que todavía sigue vinculado con el grupo, aunque ya terminó el secundario. Primeros auxilios, nociones básicas de rescate y hasta cómo ensillar una mula son algunas de las cosas que enseñan en el curso. Sin embargo, la faceta solidaria es lo que más los caracteriza. "No sólo se trata de subir montañas. Además intentamos ser útiles para la sociedad", dice Andrés Mut, uno de los instructores. Así, desde que el Grupo de Montaña se formó, los chicos participaron en varios rescates, como fue el de Guillermo Peralta; llevaron a cabo una campaña para señalizar los cerros turísticos de la provincia como el Tres Marías, las Sierras Azules. el Parkinson y el Cerro Blanco de Zonda. Además, durante las salidas se dedican a reparar los puestos y refugios de montaña que se encuentran en mal estado. "Ayudar a las escuelas rurales es algo que también hicimos", agrega Saavedra.
Los montañistas de la Industrial no realizan las expediciones solos. Una ayuda fundamental, desde sus inicios, es la que les brindan el RIM 22, Gendarmería y el Club Andino Mercedario. De esta manera, estos chicos pudieron subir desde el Mercedario hasta el Cerro del Plata, que está en Mendoza y hasta participaron en un rescate de un accidente automovilístico en la ruta 150, que va a Chile por Agua Negra, en el 2008.
Aunque ya ascendieron la mayoría de los cerros sanjuaninos y varios mendocinos, los integrantes del grupo no se quedan quietos. Durante todo el año planifican nuevos ascensos y expediciones, pero siempre bajo la misma consigna: cuidarse y cuidar al compañero. "Si alguien no puede llegar a la cima, nunca lo dejamos solo. Bajamos con esa persona", concluye Mut.
