Era el partido esperado. Con todos los condimentos. Después de un mes en donde solo se respiró fútbol por el Mundial de Brasil, anoche era la chance de volver a ver el fútbol netamente en acción. Y era Boca. Uno de los dos grandes del país otra vez en San Juan y esta vez sin la figura de su jugador estrella: Juan Román Riquelme. Ya en la semana los hinchas xeneizes locales arrasaron con las entradas agotando las populares en 48 horas. Anoche, con una temperatura de 3 grados y con una sensación térmica de 0.7, el Estadio del Bicentenario estuvo como en sus mejores noches. Colmado en un 75%, alrededor de 18 mil personas estuvieron sintiendo y vibrando el encuentro del Xeneize que terminó en derrota ante Huracán.

El sentimiento futbolero demostró una vez más, que no conoce de clima y mucho menos de resultado. El coloso de Pocito estuvo nuevamente en los ojos del país y con eso bastó. El folklore de cancha que solo se vive cuando los “grandes” visitan el interior, no faltó. Los más de 20 colectivos que transportaron a “La Doce” y casi la decena que trajo a los bulliciosos hinchas del Globo a San Juan, se retiraron de Pocito sin causar incidentes.

Si bien el resultado no fue el esperado por la mayoría de los presentes anoche, Pocito fue una fiesta. Donde el frío fue lo que menos importó.