El Barcelona de Lionel Messi venció ayer de forma contundente por 5 a 0 a Real Madrid, que contó con Angel Di María de titular, y le arrebató la punta del campeonato español luego de una demostración de juego superlativa sobre el césped del estadio Camp Nou.

Con esta victoria el equipo de Josep Guardiola, liderado por un mágico Messi, quien ayer ejerció más de creador que de goleador, escribe una nueva página en la historia del Barcelona al encadenar su quinta victoria consecutiva y su segunda goleada ante Real Madrid.

La fiesta azulgrana comenzó temprano con un gol de Xavi Hernández y que luego el "Canario" Pedro aumentó la ventaja tras un pase de Villa, lo que al tenor de la superioridad de juego que estaba mostrando el Barcelona ya permitía a la hinchada local festejar por adelantado el asalto del liderazgo.

Mientras Barcelona hacía correr la pelota, el Madrid corría detrás del balón, algo a lo que no están acostumbrados ni Ronaldo, ni Di María y menos Ozïl, quien en la segunda parte fue sustituido por Lass.

Salvo por un cañonazo de Di María a los 11′ de la parte inicial que Valdés envió al córner, el conjunto de José Mourinho, que apostó por un juego vertical, tuvo pocas chances ante los locales en el primer parcial.

Barcelona, que jugó fiel a su estilo de control y toque, además le imprimió una cuota muy alta de velocidad que le permitió irse al descanso tranquilo, sabiendo que de alguna manera estaba destrozando a su rival.

Messi, quien dio el primer aviso del partido con un disparo que pegó en el palo, no pudo concretar las oportunidades que tuvo pero, en cambio, se erigió como constructor de un juego demoledor y encontró en Villa y Pedro a sus mejores aliados.

En el segundo tiempo el Barça se encargó de adornar con goles una actuación digna de su trayectoria. Messi y Villa necesitaron menos de diez minutos para ampliar la ventaja -con dos tantos de Villa- y hacer vibrar a las más de 98.000 almas que colmaron el Camp Nou.

Pero la historia no acabó allí, porque el equipo de Guardiola no había saciado su hambre de gol. Cuando el partido ya era un hervidero, el joven Jeffren Suarez, que había ingresado por Pedro, remató el encuentro en el minuto final y coronó una noche que superó todas las expectativas.