Lo vivió a mil. Planteó un partido para definirlo antes, para no sufrirlo pero lo sorprendió el rival. Nunca le pudo acomodar el juego a Sunchales y su Unión la pasó mal. Parecía todo perdido cuando Saucedo puso el 3-2 en el descuento del partido pero al Gino Laciar nada lo achica. Si hay que sufrir, el Gino está primero en la fila. Porque su vida le enseñó eso: a quedarse sin mamá cuando apenas era un bebé, a curtirse en las canchas del Barrio Cabot, a hacerse un nombre en el fútbol a fuerza de guapeza. El Gino banca todo y cuando Natalicchio definió la serie de penales para el Azul, estalló en llanto y se metió en el túnel a vestuarios. Volvió para cruzar un emocionado saludo con Gioja, otro que sabe lo que es sufrir, y después si analizó el partido que terminó en clasificación a las finales: ‘Fue durísimo. Decidimos salir a buscarlo con el Luto Molina de arranque porque sabíamos que ellos iban a jugarse todo. Nos sorprendieron con el primer gol y creo que nunca pudimos tranquilizarnos. Nos reacomodamos con el empate parcial pero en el segundo tiempo, volvieron a golpear de entrada y nos desubicó un poco. De todas maneras, el equipo siguió intentando. Lo sufrimos pero alcanzamos el 2-2 que nos ponía en la final y cuando parecía resuelto, Sunchales demostró su calidad con ese gol. Nos golpeó feo. Parecía que perdíamos todo el esfuerzo de tanto tiempo pero este grupo me demostró una vez más su grandeza. Se levantaron del piso y fueron a buscar lo que se merecen. le tocó a Pablo Lucero ser figura en los penales pero merecíamos ser finalistas y gracias a Dios se nos dio’.
Las emociones lo traicionaron y también fue motivo del análisis del Gino: ‘Ha sido tan duro llegar a este momento que pensar que todo se derrumbaba era muy triste. Por eso el desahogo pero también por todo lo que nos ha pasado en la temporada. Solo nosotros sabemos lo que se han aguantado estos chicos y por eso mi orgullo por lo que me demuestran cada día. Son tremendos y te emociona lo que hacen por esta camiseta’.
