Tiene el paso cansino y su pelo blanco. Es corpulento. Acusa 63 años y 18 manejando taxis y remises. Parece un hombre común. Es padre de 4 hijos mayores y abuelo de 3 chicos. Pero muy normal no es. Y es que Enrique Pelayes tiene una particularidad única y ostenta un triste e increíble récord: en 5 años, su cuerpo recibió 4 balazos en dos asaltos diferentes y vivió para contarlo.
Hace unos 5 años, dos sujetos lo atacaron en el coche en Gral. Acha y Corrientes, en Concepción, Capital. Esa vez, Pelayes luchó con dos delincuentes para que no le robaran. Ese accionar terminó repelido con dos balazos en cada pierna, que por escasos centímetros no le ocasionaron un mal mayor. Y con la fuga de los ladrones con la radio, el tarifador y el estéreo del taxi, contó ayer.
El último ataque y quizás el más peligroso, ocurrió el martes en la noche en la misma zona donde lo balearon años atrás. Con la inoxidable treta de un viaje, un delincuente lo abordó en calle Mendoza y Laprida, pleno centro. El supuesto cliente se sentó del lado del acompañante con una bolsa en la mano. Como si el destino le jugara una broma pesada, ese cliente habría sido el mismo ladrón que unos 7 meses atrás lo asaltó junto a dos menores que le robaron el tarifador cuando conducía su remis en Chimbas, afirmó la víctima.
"Estaba nervioso porque me reconoció. Sólo me dijo la dirección donde quería que lo llevara y no soltaba la bolsa. Ahí supe que algo malo iba a pasar", contó Pelayes. Ese sería el inicio de una nueva pesadilla para el taxista, aunque no fue el único ataque contra choferes que hubo esa noche (ver aparte).
Al llegar a Cereceto y Jujuy, el "pasajero" se puso aún más nervioso y le dijo al chofer: "vivo en esos departamentos". "Sabía que era el choro que me había asaltado meses atrás y le dije que él no vivía allí", describió la víctima.
En ese momento, el ladrón sacó un arma de la bolsa, se bajó y sin media palabras, le gatillo 3 veces al cuerpo. Por suerte, no salió la bala. El delincuente trató de sacar el tarifador mientras le apuntaba al chofer. Ahí fue que Pelayes le manoteó el arma y comenzaron a forcejear. "Traté de sacarle el arma y con el codo tocaba la bocina para que salieran los vecinos", aseguró el damnificado.
Sin embargo, fue una maniobra riesgosa, porque el delincuente le gatilló y le pegó dos tiros en el brazo izquierdo: uno en el antebrazo y otro en el hombro. El chofer no se amilanó y continuó insultando al sujeto. Allí, el pistolero le volvió a disparar y el proyectil le rozó el costado derecho del pecho, dijo Pelayes. Tras el ataque, el sujeto huyó sin robar nada y el herido, en el hospital.
"Me sorprendió la frialdad del hijo de pu… Creo que si me tocara de nuevo una situación así, actuaría de la mima forma", comentó Pelayes.
