Tras la vuelta de calentamiento, el Fitito encaró la larga recta y la velocidad aumentó la adrenalina. Pese a lo reducido de la cilindrada del Fiat 600 de José Martín, el motor tiene una preparación para carreras y con la aceleración plena, la potencia pechó levemente el cuerpo contra la butaca. Son unos 450 metros aproximadamente de recta que, sumado a lo desparejo de la superficie, generó más vértigo porque el auto iba despegándose del piso. Después llegó la desaceleración y un curvón a la izquierda, en la que hubo que jugarse por adentro y estirar el frenaje para practicar un supuesto sobrepaso. Así son los primeros metros del bautizado Autódromo Municipal Parque de la Velocidad, que esta semana concretó la esperada habilitación luego de que el domingo pasado, cuando se realizó la inauguración oficial del circuito caucetero, la lluvia anegara la pista. Ahora, con piso seco, hubo pruebas y exhibiciones y DIARIO DE CUYO probó el flamante circuito, en el regreso de la actividad tierrera tras ocho años.

Tras ese curvón al final de la recta, llegó otro tramo veloz y luego la parte más trabada. Este sector, sin dudas, generará el mayor espectáculo. Se trata de unas eses muy rápidas, donde la primera de las curvas se presenta como tramposa porque invita a poner al auto por adentro para pasar a un rival. Pero como luego se cierra, obligará a frenar porque, si no, habrá toque seguro cuando el auto de adelante y gire para copiar el trazado.

Luego, apareció un largo curvón a la izquierda, donde la cola del Fitito tendió a correrse hacia afuera. Como el ancho de la pista es de unos 10 metros, ideal para que giren incluso cuatro autos a la par, este será otro sector para los arriesgados que se animen a aguantar por afuera antes de salir a la recta. Mientras el volante del Fiat siguió girado a la izquierda y regulando con el acelerador para que el coche no perdiera la cuerda elegida, apareció la recta. Y el cuidado para salir del curvón con buena tracción, para aguantar la posición en la recta. Otra vez fue momento de apretar a fondo el acelerador, para iniciar una nueva vuelta al circuito.

Otra oportunidad

La última vez que se disputó una carrera tierrera fue hace ocho años en el autódromo El Villicum, en Albardón. Precisamente, con la inauguración del circuito caucetero, San Juan ya tiene dos autódromos tierreros, por lo que las autoridades de la Federación Sanjuanina de Automovilismo Deportivo (Fesad) creen que la conformación de un nuevo campeonato se concretará en los próximos dos meses.

El autódromo caucetero está ubicado detrás de la nueva terminal caucetera, en un predio que pertenece a la Municipalidad, y tras esta habilitación de la pista, el proyecto contempla concretar los circuitos de motocross, de karting, de la escuelita de manejo, la iluminación y hasta la confitería. El complejo fue entregado en concesión al Caucete Motor Club, afiliado a la Fesad; tiene una extensión de 1.050 metros y costó unos 50.000 pesos.

Este es el cuarto trazado tierrero en Caucete, departamento fierrero si los hay. A fines de los "90 desapareció el último que quedaba, para convertirse, al igual que los otros, en tierra de cultivo.

"Desde ahora vamos a seguir con nuevas pruebas y entrenamientos, para juntar un buen parque de autos. Luego, terminaremos de armar los reglamentos y creemos que en dos meses vamos a concretar el nuevo campeonato sanjuanino", dijo Fabio Garay, ex piloto y presidente del Caucete Motor Club.