La primera década del siglo XXI trajo un nuevo mapa de los metales más buscados. En el mundo, las mineras no sólo buscan oro y plata, sino que hoy apuntan a materiales de múltiples aplicaciones. El titanio es uno de los elegidos, por sus múltiples aplicaciones.
En San Juan todavía no se han realizado exploraciones en busca de titanio. Sin embargo la provincia posee las condiciones geológicas para contener yacimientos. En la zona de la precordillera que va desde el Sur de la provincia hasta Jáchal existen formaciones rocosas que en teoría podrían tener depósitos de titanio. Sin embargo en la actualidad no hay empresas que se hayan dedicado a la búsqueda del metal en suelo sanjuanino.
Según sostiene María Angélica Mattar de Sarquís, geóloga del Instituto de Investigaciones Mineras de la UNSJ, “en San Juan habría que ver un poco más el tema de los minerales industriales, como el titanio. Es un metal del futuro, como ahora salió el litio, también va a salir el titanio. Incluso, puede ser el sustituto del aluminio ya que es liviano y mucho más resistente. Por lo tanto sería interesante investigar en la provincia obre este material”.
El titanio ganó un puesto fijo en la medicina gracias a que los tejidos del cuerpo lo toleran sin mostrar ninguna reacción anormal en el sistema inmunitario. Esta compatibilidad titanio-cuerpo humano permite que se lo use en prótesis, tornillos óseos, implantes dentales y marcapasos. De la misma manera se lo usa para construir herramientas quirúrgicas como bisturís y tijeras.
La razón de su amplio uso para implantes radica en que una vez instalado, el hueso crece, se adhiere al metal y juntos forman una suerte de amalgama. A su vez, el titanio al poseer una gran dureza, le permite a los implantes soportar cargas más pesadas de lo habitual para las personas.
El último boom del titanio lo vivió la industria aeroespacial. Es utilizado para la construcción de cohetes y transbordadores porque su peso es muy liviano. Además, su resistencia a las temperaturas extremas permite que módulos espaciales logren penetrar la atmósfera. Función que brinda una seguridad invaluable para los astronautas.
También en los aviones es muy usado. Principalmente en la construcción de las turbinas, ya que ellas necesitan una gran resistencia a los cambios de temperatura y rigidez para funcionar.
Sin embargo los usos del titanio tampoco escapan a la vida cotidiana. En el mundo del deporte es ampliamente usado gracias a su poco peso y su gran resistencia a los golpes. Por ejemplo los relojes deportivos construidos con este material pesan un 30 por ciento menos que los de acero y son igual de resistentes.
También se construyen palos de golf, bicicletas y cañas de pescar. Toda esta clase de productos que reciben un uso intensivo y están expuestos a golpes son fabricados con titanio. Sus propiedades de resistencia física, térmica y su liviandad lo hacen la materia prima por excelencia de elementos deportivos.
En el caso de las pinturas se usa el dióxido de titanio, que es una de las sustancias químicas más blancas que existen. Logra reflejar casi toda la luz que le llega y por eso blanquea la superficie donde se aplica. Esto significa que cuando una pintura blanca se mezcla con el dióxido de titanio logra una blancura total.
Otro de los lugares donde este metal desembarcó es en la arquitectura. Su resistencia, maleabilidad y liviandad permiten moldearlo en largas planchas fáciles de construir y manipular. Esto significa un abaratamiento de costos a la hora de su manejo y montaje. Ejemplos son el Hotel Marqués de Riscal en España y el Museo Guggenheim de Bilbao.
