Durante el último debate presidencial sobre política exterior -casi exclusivamente sobre Medio Oriente-, Romney fue el único que mencionó a Latinoamérica. Y, lo que es más importante, lo hizo bajo una luz positiva, sin caer en el viejo hábito de Washington de ver la región exclusivamente bajo el prisma de las drogas, la criminalidad o la inmigración ilegal. Romney dijo que, si resulta electo, incrementaría el comercio mundial, particularmente con Latinoamérica. Afirmó que hoy "’estamos muy concentrados en China. Latinoamérica es una enorme oportunidad para nosotros”. Obama, en su respuesta, cambió de tema.

Romney posiblemente lo planteó porque necesita desesperadamente mejorar su pésima imagen entre los votantes latinos, que recuerdan su retórica antiinmigrante durante las primarias. Según la última encuesta de NBC/Telemundo/Wall Street Journal, Obama le está ganando a Romney por 70% contra 25% entre los votantes hispanos.

La promesa de Romney de fortalecer las relaciones comerciales con América latina puede ser una fantasía, considerando que la mayoría de los latinos apoyan a Obama. En la última encuesta de Latinobarómetro en 18 países latinoamericanos, Obama tiene un índice de aprobación más alto que cualquier otro Presidente de la región. Pero la sola mención del candidato republicano como una tierra de oportunidades fue muy necesaria ante la estrecha agenda de política exterior de Washington. Consideremos:

América latina es una de las pocas áreas del mundo que está creciendo. Entre 2003 y 2010, el ingreso promedio de la región creció un 30%, y 73 millones de personas han salido de la pobreza, según el Banco Mundial. Eso significa millones de potenciales nuevos consumidores de productos de EEUU.

Varios países, especialmente Chile, Perú, Colombia, México y Brasil han roto con la vieja inestabilidad económica y política, y los inversores internacionales los consideran cada vez más como países "’serios”. Las exportaciones de Estados Unidos a Latinoamérica se han duplicado desde 2000, aun cuando el porcentaje de importaciones de EEUU en la región cayó del 50 al 33% en ese período por el aumento del comercio regional con China. Estados Unidos exporta casi el doble de productos a México que a China, y cinco veces más a Brasil que a Rusia. Estados Unidos ya importa un tercio de petróleo de la región. Le compra más a México que a Arabia Saudita, y más del doble a Colombia que a Kuwait.

Theodore Piccone, experto en política exterior de la Brookings Institution de Washington, señala que la propuesta de Romney de ampliar las relaciones económicas con Latinoamérica no es muy realista. Brasil, la economía más grande, no quiere un acuerdo de libre comercio con Washington, y los países que quieren un acuerdo ya lo tienen, dijo.

Mi opinión: la propuesta de Romney de fortalecer el comercio con Latinoamérica es un esfuerzo para ganar votos latinos, y evitar pasar a la historia como el candidato republicano más impopular entre los hispanos. (Si Romney saca el 25% del voto latino, quedaría muy atrás del 40% conseguido por Bush en 2004, y del 31% de John McCain en 2008.) No obstante, me gustaría que Obama hubiera redoblado la apuesta. Al menos mencionado su ambiciosa propuesta de crear un Acuerdo de Asociación Transpacífico, que aunque está más dirigida a Asia, incluye a países latinoamericanos del Pacifico.