En la tarde de este miércvoles, a las 19.00, Valentín Pintos subirá a un colectivo que lo trasladará a Santiago, la capital de Chile será desde mañana mismo su lugar de residencia porque con 25 años (cumple los 26 el 7 de octubre) decidió aceptar la propuesta de los hermanos Alexis y David Rivera y se incorporará como jugador y entrenador de inferiores al club ARU, uno de los mejores que compiten en la Liga chilena.
Es el tercer hijo del matrimonio formado por Sergio Pintos (profesor de Educación Física) y Marcela Puga, quienes les inculcaron el amor por el deporte. Luisina y Julián sus hermanos mayores, también practicaron distintas disciplinas, como ocurrió con Valentín, que jugó al hockey sobre patines en Loma Negra y Concepción; practicó solamente un mes básquetbol en la Universidad; hasta recalar en el rugby, también en la “U” y pasar por el fútbol en San Martín, hasta qué -con 11 años- motivado por la profesora Marcela Marconi, quien dicta clases en el Colegio Santo Domingo, comenzó a interiozarse con el vóleibol. “Ella me vio condiciones, me dijo que con la altura que tenía podía destacarme y así empecé. Fuí a Ausonia, donde ya jugaba mi hermano”, cuenta el muchacho que ayer estaba terminando de armar los bolsos para emprender su primera experiencia laboral fuera de su casa.

Cuando Valentín cumplió 18 años pasó de Ausonia a Banco Hispano, y casi sin querer encontró su lugar en el mundo. “Me cuesta dejar a Hispano. Acá me moldearon como jugador y técnico. Viví muchas cosas lindas y desde este año soy el capitán, algo que me llenó de orgullo y responsabilidad”, explicó el muchacho que mide 1,90 mts y juega en la posición de opuesto.
Mientras Valentín iba creciendo como jugador se capacitó para ser entrenador. Tarea que ya venía cumpliendo en Hispano, como orientador táctico de categorías juveniles. “Toda mi vida estaré agradecido a Hispano. Acá encontré gente macanuda y muy generosa que me fueron preparando para lograr ser lo que soy. Facundo Hogalde y Roberto Alós, me recibieron con los brazos abiertos y me enseñaron desde los fundamentos técnicos, hasta los valores que nutren al vóleibol”, dijo con un dejo de emoción en su voz.
La idea de radicarse en Chile, empezó a gestarse en febrero de este año cuando Valentín, invitado por los hermanos Rivera jugó un torneo en Pichilému. “Un lugar de playas, increíble. Me encantó. Allí conocí a los jugadores y hubo una linda conexión”. Hace un par de semanas, retornó a Chile, y acordó la incorporación. “Me gustó la propuesta y como mi intención es crecer en lo que me apasiona, no dudé”, confió,
Apenas tuvo la invitación de los chilenos, Valentín la comentó a su compañero y mejor amigo Juan Alamino, quien hace un par de temporadas jugó la final de la Liga Argentina con Policial de Formosa, y viene de jugar en el Kalamata de la liga de Grecia. “¡Negro (así le dicen los amigos) ándate!”, fue la respuesta de quien compartió junto a él muchos momentos dentro de una cancha.

Consultado sobre si no había tenido chances en Argentina de integrarse a clubes que jugaron Liga Argentina, Valentín hizo pública una decisión que tenía guardada. “El año pasado me buscaron de Rowing de Paraná para jugar la Liga Nacional (segunda categoría cuyo campeonato lo ganó de punta a punta UPCN Vóley) y como el Torneo Federal se jugaba en San Juan, decidí quedarme a jugar por amor a la camiseta en Banco Hispano, y también porque quería darme el gusto de jugar un torneo nacional frente a mi familia. Mis padres y hermanos nunca me habían visto jugar este tipo de torneos, y quería darles y darme esa alegría”, concluyó.


