El grave problema familiar se precipitó el último viernes, cuando la madre decidió ajustar el interrogatorio a su hija de 14 años sobre un tema que le preocupaba: dos faltas consecutivas en la menstruación de la niña. Entonces se topó con una gran sorpresa: la chica, sin problemas, le dijo que estaba embarazada de 3 meses y de su propio padre. Cuando la mujer ajustó a su pareja para corroborar la terrible noticia, el hombre confesó, con la excusa de que su hija lo provocaba. Hubo amenazas de golpes y una huida forzada con la menor a Mendoza si acaso denunciaba ese viernes, pero al otro día la mujer llegó con su reclamo a la Subcomisaría Castro de Carpintería, Pocito, y entonces la juez de Instrucción María Inés Rosselot consideró que había evidencia suficiente para detener al jefe de hogar y así lo ordenó a los policías de la subcomisaría.
Según fuentes de la investigación, esa secuencia de hechos llevaron al arresto del jornalero de 37 años, protagonista de una historia particular: el sujeto -dijeron- había tenido una relación con la madre de la chica hasta su nacimiento, pero entonces se fue a Mendoza hasta que un par de años atrás reanudó su relación con su antigua pareja y volvieron a tener una beba, ahora de 7 meses. La mujer, precisaron, tiene cuatro hijos más de relaciones con otros dos hombres.
Según las fuentes, tras de la reanudación del vínculo se produjo un sospechoso acercamiento entre el padre y la menor. Tan llamativo, que la madre habría dicho que por lo menos en una ocasión su propia hija le hizo escenas de celos. Todo pareció encajar para la mujer el último viernes, cuando resolvió poner fin a su curiosidad sobre la ausencia de menstruación en la chica.
Ahora, la investigación será clave para despejar dudas y confirmar o no las sospechas. Por eso es muy probable que la juez ordene un estudio de ADN para verificar si el sospechoso es o no padre de su hijo-nieto, y si es así qué delito cabe imputarle. Para la ley habrá delito más allá de que la misma menor hubiese consentido la prohibida relación, pues se considera que no tiene la madurez suficiente para determinar sobre su vida sexual y que su padre debió protegerla y cuidarla en lugar de inducirla a un supuesto amorío y abusar de ella.
