Los niños esperaban trepando el cerro. Cuando, desde lo alto, vieron la polvareda que levantó la camioneta azul. El vehículo traía dos metegoles y un bollo naranja que, los chicos dedujeron inmediatamente, era el castillito inflable desarmado. Salieron corriendo y al llegar al lado de los juegos comenzaron a saltar y a abrazarse festejando, tal como si estuvieran en una tribuna, alegres por haber visto el mejor gol. Eso vivieron ayer los niños de la localidad de El Rincón, quienes recibieron el chocolate organizado por la Municipalidad de Albardón, en el marco de las vacaciones de invierno.

Llegar a la capilla en la que se realizó el festejo, fue fácil. Una fila incesante de niños caminaba a la orilla de la calle que lleva hacia ella. Los chicos empezaron a llegar temprano, cuando las señoras de la zona revolvían los 8 litros de leche para que se mezclara con el chocolate, en una olla enorme colocada sobre una hornalla.

A pesar de que tuvieron que esperar, se entretuvieron recorriendo el paisaje y mirando las cruces del lugar. Hasta que llegaron los juegos.

El castillito tomó forma rápido. A pesar de eso, antes de que se armara la última palmera, los niños ya habían pasado por la boca del hipopótamo para empezar a saltar. Dejaron un reguero de zapatillas alrededor, que las madres tuvieron que ir recolectando para que no se perdieran.

Mientras tanto, los varones más grandes se enfrentaban en emocionantes partidos de metegol, que contaban hasta con la hinchada de quienes estaban esperando su turno.

Los juegos sólo se interrumpieron cuando se escuchó el anuncio de que iba a empezar el reparto de chocolate, pan dulce y sopaipillas. Todo estaba calentito, de hecho, todavía quedaban tandas de masa para poner en el aceite que estaba haciendo burbujitas. Tras recibir los vasos colmados, los chicos agradecieron la merienda, soplaron el chocolate y lo tomaron rápido. La mayoría prefirió dejar de lado la segunda porción de comida para no perder más tiempo y volver a los juegos. Eso, con la intención de sacarle el mayor provecho a esa tarde diferente.