El presidente de EEUU, Barack Obama, ayer dio un emotivo discurso en Boston al senador demócrata Edward Kennedy, a quien describió como el "alma del Partido Demócrata y el león del Senado de Estados Unidos".
"Como tantos otros en la ciudad donde trabajó casi medio siglo, lo conocí como un colega, un mentor y, sobre todo, como un amigo", dijo Obama, el único interviniente que no pertenece al clan Kennedy en la misa fúnebre llevada a cabo en la Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, el sector de Roxbury (Massachusetts). En un discurso de 15 minutos ante más de mil invitados, Obama alabó la obra y figura de Kennedy, al afirmar que el hilo conductor de su obra legislativa durante 47 años en el Senado fue la defensa de los marginados, los soldados y los inmigrantes, entre otros.
Al enumerar los altibajos en la biografía de Kennedy, Obama señaló que por las tragedias de su familia el ex senador pudo comprender el sufrimiento de los demás, desde un niño enfermo privado de atención médica hasta una mujer privada de sus derechos por su apariencia o procedencia.
Aunque algunos analistas en los medios de comunicación han destacado que con su muerte Kennedy le pasó la antorcha a Obama, a la cabeza de una nueva generación de líderes demócratas, el mandatario enfatizó que Kennedy antepuso siempre la cooperación a las conveniencias políticas del momento. "Fue producto de una era en la que el gozo y la nobleza de la política impidieron que las diferencias de partido y filosofía fueran barreras a la cooperación y el respeto mutuo, un tiempo en que los adversarios aún se veían como patriotas", observó Obama. "Fue así como Ted Kennedy se convirtió en el más grande de los legisladores en nuestros tiempos: se ciñó a sus principios pero también buscó consenso y causa común… a través de la amistad, nobleza y humor", dijo Obama, como ejemplo del bipartidismo que caracterizó a Kennedy en el Senado.
El mandatario estadounidense también quiso recordarlo como el hombre que "dio de corazón", que pensó siempre en el detalle personal ya sea como padre, amigo, colega, o el jefe "adorado por su personal". En ese sentido, Obama dijo que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, "Teddy se encargó de llamar personalmente a cada una de las 177 familias de este estado que perdieron a un ser querido" en el ataque. "El paso del tiempo nunca sana realmente la trágica memoria de semejante pérdida, pero seguimos adelante porque debemos hacerlo, porque así lo desearían nuestros seres queridos", afirmó.
Obama fue precedido en la "Misa de Resurrección" por familiares del patriarca, entre ellos su hija, Kara, su hijastra, Caroline Raclin, varios sobrinos y sus hijos Ted y Patrick, en ese orden.
El féretro de Kennedy, portado por miembros de las Fuerzas Armadas de EE.UU., fue recibido con una solemne música y un suave aroma de incienso, en una celebración custodiada por agentes del Servicio Secreto apostados en los corredores de la basílica.
Tras la misa fúnebre, los restos mortales de Kennedy fueron trasladados en avión desde Boston a la base área Andrews, desde donde serán llevados al Cementerio Nacional de Arlington, en las cercanías de Washington.
