Jugaron a mil. Todo lo hicieron rápido. Hasta se pasaron de revoluciones porque, de haber tenido alguno de los dos la cabeza más fría, en éstos momentos estarían festejando la victoria. Lo cierto es que Aberastain y Olimpia clavaron el tablero en 3-3, luego de un partido de una intensidad extrema que se jugó en la pequeña cancha de los Naranjas pocitanos. El choque, entre dos que habían ganado en la primera fecha, se presumía equilibrado y de buen nivel. Y no defraudaron. Tuvieron un tiempo cada uno y el marcador en tablas fue el mejor premio para ambos. La velocidad de las acciones y las mínimas dimensiones del escenario llevaron a roces permanentes. Los árbitros, si bien cometieron errores y dejaron "hablar’ más de la cuenta a los protagonistas, no incidieron en el marcador final. Así está el hockey sobre patines local. Parejo por donde se lo mire. Por eso éste torneo Clausura pinta para sumar emociones seguidas. Y todo cuando recién está empezando.
En Pocito, el local Aberastain y Olimpia fueron la muestra justa de esta paridad. El dueño de casa cerró un gran primer tiempo. Basado en las excelentes atajadas de Maxi Carretero, el empuje de Daniel Vargas y la movilidad del pibe Pablo González (un proyecto de gran jugador) se las ingenió no sólo para dar vuelta un marcador adverso (abrió la cuenta el Chupa Oviedo para la visita) sino para dejar en claro que su juego no lucía pero era por demás efectivo. Con goles de Méndez y de Oieni se fue al descanso ganando 2-1.
Pero en el complemento, Olimpia se adueño de la bocha casi en absoluto (pese al tercer tanto local) y arrinconó al Naranja. El Chupa Oviedo dejó cortito el marcador al descontar y después la expulsión de Sillero (por 3′) dejó abierta la chance para el empate del Turco. El que llegó luego a través del insistidor Mariano Flores. Todo ésto con notables atajadas del Chicho Fraifer.
Los minutos finales adornaron un juego de completo frenesí. El empate resultó merecido. Aunque los dos se pasaron de vueltas.
