"Este sector estaba prácticamente muerto, tanto para los ciudadanos como también para todos los comerciantes. Pero desde que el edificio entró en funcionamiento, la situación se revirtió y nos benefició a todos", dice Lilian de Verón mientras atiende el Kiosco Gemita, el clásico 24 horas de la esquina de Avenida Libertador y España, uno de los negocios más cercano al edificio del Centro Cívico. Pasaron casi dos años desde que el monstruo revolucionó la zona aledaña, desde el movimiento de la gente y autos por el lugar hasta la actividad comercial enmarcada en distintos rubros. Todo esto trajo aparejado beneficios, en mayor medida, y algunas desventajas en ciertos aspectos.
"El movimiento cambió en todo sentido. Como comerciante me favoreció porque las ventas de mi negocio crecieron en un 70 por ciento. Pero por otro lado, nos perjudicó en lo que refiere al tránsito porque se transformó en un caos. La afluencia de gente es mucha por lo que dejan sus autos en la vereda, en las entradas de las casas y negocios y en las áreas de estacionamientos", dice Roberto Iacopini, propietario de un lavadero.
Mientras los dueños de los negocios (unos más, otros menos) gozan los beneficios de la mano del ex monumento a la desidia, varios inversores pusieron en el ojo en la zona. Uno de ellos fue Jorge Rodríguez, quien instaló un café en la esquina de Laprida y España. "Hace 9 meses que estamos acá y nos está yendo muy bien. Lógicamente, el mayor movimiento es de lunes a viernes por la mañana, cuando la gente viene a hacer trámites en los ministerios y aprovecha para tomar algo", asegura el propietario.
Fernanda Jaime también optó por inaugurar un café hace medio año, pero la clientela fue aumentando y tuvo que mudar el proyecto a un salón más grande ubicado en la misma cuadra.
En menor medida, entre los que apostaron con un nuevo negocio, también están los que fracasaron, según cuentan quienes están a cargo de los negocios vecinos. "Entre enero y marzo, al menos cuatro comercios (enmarcados la venta de accesorios para celulares, regalería y venta de ropa) debieron cerrar", dijo Rodríguez.
Indudablemente el rubro de las confiterías es uno de los que mejor anda por las inmediaciones, aunque también el inmobiliario sacó rédito. "Ahora la zona está más jerarquizada en cuanto la cotización de inmuebles como departamentos, casas y terrenos ya que aumentaron entre un 30 y 50 por ciento", contó Fabio Carrizo, asesor inmobiliario de Crear.
Así, con proyecciones inmediatas sobre el movimiento que ya se generó y lógicamente el que se está gestando en vistas a la inauguración de la segunda parte de la construcción, la gestión de construcciones edilicias toma forma de manera creciente y el monstruo promete impactar aún más.
