La reunión que mantuvo el senador Roberto Basualdo en un hotel de Tigre con el electo diputado nacional y jefe de ese distrito bonaerense, Sergio Massa esta semana, fue impulsada por un grupo (minúsculo) de basualdistas, quienes buscan una definición rápida del legislador. Quieren que sea candidato a Gobernador en 2015 y que juegue en el equipo de Massa. ¿Tan pronto piden alineamiento?, se preguntará el lector. Sí, ya mismo. A la luz de los cruces e indefiniciones nacionales, es evidente que los basualdistas están pensando más en ellos mismos que en su jefe. Y mucho menos tienen en consideración la salud del Frente Compromiso Federal, la nueva herramienta política de Roberto Basualdo. Es que en ese nuevo armado Basualdo tiene, desde hinchas de Mauricio Macri, como de Julio Cobos, hasta del propio Massa, sin contar el corazón mismo del legislador, atado desde hace años al Peronismo Federal. Es probable también que, sin quererlo, sea el mismo Basualdo quien impulse esos ánimos. Varios dirigentes de distinta extracción han reconocido charlas íntimas en las que el empresario ha manifestado un cambio: "Me gustaría volver a probar en 2015", dicen que disparó por lo bajo haciendo referencia al sillón de José Luis Gioja. Todo un gesto.
Mucha agua debe correr bajo el puente todavía. Massa ha obtenido una victoria más que importante en el distrito electoral más grande del país, de eso no hay dudas. Pero no deberían olvidar los basualdistas que años atrás Francisco De Narváez no sólo ganó en el mismo lugar, si no que venció a Néstor Kirchner en el apogeo del kirchnerismo. Luego el colombiano se desinfló, y es hoy lo que se ve. Massa ya respondió a esa inquietud: "Yo no soy empresario, soy político", dijo para diferenciarse y tiene razón. Pero a esa verdad hay que demostrarla con trabajo y construcción política, algo que no muchos están dispuestos a hacer. Se verá. El otro gran ganador de la elección del 27 de octubre fue Julio Cobos. El vecino, fiel a su costumbre, apostó a más y, como ya le ocurrió varias veces, perdió. Quiso liderar el bloque UCR en la Cámara Baja y se lo ganaron, y lo mismo le ocurrió con la presidencia del partido. Coquetea con el socialismo de Hermes Binner, aunque si continúa abriendo la boca es probable que termine ocupando su banca en soledad. Mauricio Macri sigue levantando los cimientos de lo que será, según cuenta su gente, el proyecto que elimine la hegemonía K. Tiene problemas en el territorio donde Massa es fuerte, justamente. Y eso es, en política, la madre de los problemas. Por eso deberá esperar para ver qué hace otro actor: Daniel Scioli. El Gobernador bonaerense tiene puntos para ganar en todo el país, pero no define todavía si su jugada será dentro del Frente para la Victoria o fuera de él. Muchos piensan que terminará con Massa. El exdeportista no da pistas, se muestra rebelde a algunos dogmas K, pero sigue firme en ese espacio. Si Massa y Scioli terminan juntos Macri deberá, o esperar cuatro años más o echar mano a lo que quede, que no será mucho. Es decir, hoy nadie tiene novia segura. Todos coquetean, pero ninguno pone el gancho.
En ese contexto, hay basualdistas como el diputado José Peluc y otros, que le insisten a Basualdo para que firme con Massa. Peluc acercó posiciones entre el senador y el diputado nacional electo. Dicen que conoce al bonaerense de alguna antigua militancia, que puede estar relacionada a los años de oro del menemismo, no se sabe muy bien. Hay otros, como Rodolfo Colombo, que le aconsejan al senador no moverse hasta dentro de algunos meses cuando los que mandan en Buenos Aires tengan un panorama un poco más claro. Del resto de los que fueron a internas no se sabe mucho: Enrique Conti tiene contacto con Colombo, pero no gravita. Amagaron con otra opereta para volver a posicionarlo, pero se dieron cuenta que se "Almorzaban la cena" como dice José Luis Gioja y decidieron tirarse a dormir la siesta. Mauricio Ibarra está literalmente desaparecido. Dicen que también tiene contacto con Massa, a través de Felipe Solá, pero con Basualdo quedó herido luego de la elección y será difícil que olvide. César Jofré nunca fue una opción real. Apoya a uno u otro, dependiendo de las conveniencias del momento. Y Eduardo Cáceres ya es diputado nacional, y por ahora no le interesa nada más.
Basualdo no es de los que se deja influenciar muy fácilmente. Respiró cuado le dijeron que Massa había postergado para febrero el viaje que ya tenía programado en diciembre a San Juan. Para ese momento, el senador ruega que las cosas estén más claras en el país, y que él mismo tenga un panorama más estudiado de la política sanjuanina, la que por ahora tiene a su gran actor, José Luis Gioja, fuera de escenario. Lo real, hoy por hoy, es que el bicho de la Gobernación le está picando un poco más fuerte. Debe esperar, sin dudas, pero habrá que ver si él también lo piensa así. Y en esa acción se verá cuán interesado está en competir en Primera.
