Como la integridad de Laura Algañaraz estaba en riesgo, el año pasado generaron una orden de restricción para su marido. La medida fue efectiva hasta la semana pasada, cuando el hombre decidió acercarse a Laura para asesinarla. Le dio tres disparos y luego se fugó para, aparentemente, suicidarse. Laura logró sobrevivir milagrosamente y de hecho ya está en su casa. El nuevo caso de violencia de género en la provincia disparó un dato revelador ya que según la Dirección de la Mujer que depende del Ministerio de Desarrollo Humano, 1 de cada 4 casos en los que intervienen genera un pedido de orden de restricción porque peligra la vida o el físico de las víctimas. A su vez, en lo que va del año tuvieron 1.531 casos de violencia de género denunciados, es decir, hay un promedio de 10,7 episodios reportados por día.
Las órdenes de restricción de acercamiento son medidas dispuestas por la Justicia frente a la amenaza de riesgo a la seguridad e integridad de las personas. En lo que va de este año, la Dirección de la Mujer y sus dispositivos municipales generaron 422 pedidos de órdenes de restricción, de un total de 1.531 casos de violencia. Esto representa el 27,6 %, una cifra muy similar a la del año pasado, ya que en el mismo periodo de 2015 las restricciones alcanzaron el 26,4%, informaron.
‘No siempre las mujeres que denuncian violencia de género están dispuestas a ir un paso más allá. Por eso es clave la experiencia del equipo que las asisten para detectar si es necesario generar un pedido de restricción, en función de la evaluación de los factores de riesgo. Pasó por ejemplo con Laura Algañaraz, cuyas agresiones no eran físicas pero los especialistas determinaron que corría peligro, así que judicializaron la situación. Lamentablemente, el equipo tuvo razón porque ese hombre luego intentó matarla’, indicó Adriana Ginestar, a cargo de la Dirección de la Mujer.
Otro dato alarmante es que los 1.531 casos de agresión en 143 días de 2016 (hasta ayer) generan un promedio de más de 10 episodios por día. ‘Es porque se denuncia más desde hace unos años. Cada caso es único, porque en algunos no es necesario pedir una restricción, en otros hay vulnerabilidad de toda la familia, en unos es la mujer la que debe dejar la casa. Lo importante es que lentamente se va rompiendo el sometimiento de las mujeres, incluso las de más de 50 años, y visualizan la situación’, apuntó Victoria Benitez, subdirectora de la Mujer.
Ante estos casos, además de la contención también trabajan en cómo sostener a las víctimas que se quedan sin una pareja que las mantenga. Por eso, además de la ayuda psicológica y legal, son cobijadas en distintos refugios que tiene el Estado (tanto ella como sus hijos) y en algunos casos suelen recibir una ayuda extra para solventar algunos gastos, la capacitación en oficios e, incluso, accesibilidad para recibir préstamos de honor con maquinarias.
