Buenos Aires, 23 de febrero.- Según los vecinos, la boa -que pesaba unos 150 kilos- se alimentaba de gallinas y cerdos de una estancia. Para capturarla los uniformados recibieron la ayuda de un grupo de personas del lugar.

El ejemplar fue descubierto en un cauce de agua, tras semanas de haberse advertido el ataque a varios animales en una finca cercana.

Tras su captura la imponente anaconda fue trasladada y liberada en el lago de una represa hidroeléctrica cercana, que no es frecuentada por humanos y no tiene chacras ni estancias cerca.