Para el equipo de Tempesta lo de ayer fue el tercer partido, todos entre sí, donde los supuestos titulares se midieron con los suplentes. En todos repitió el sistema de 4-4-2. El de ayer por la mañana, al igual que los anteriores, se dividió en tres tiempos de 20′, donde lo mejor se pudo ver en el primero de los tercios. Marca, recuperación y buscar una rápida salida fueron una constante. Mientras que la contracara fue la poca profundidad y escasas situaciones de gol. Dos caras de una misma moneda, que todavía debe encontrar el equilibrio.
El equipo que paró Tempesta formó con Diego Aguiar; Hernán Lamberti, Pablo Borches, Oscar Sainz, Omar Díaz; Matías Garrido, Emmanuel Campo, Martín Bidal, Augusto Alvarez; Gastón Leva y Emanuel Reinoso. El partido finalizó 2-1, con el gol de Reinoso para los titulares luego del centro de Leva, que el ex Maipú de cabeza ubicó pegada al segundo palo. Mientras que en los segundos 20′, igualó Juan Pablo Moliní tras una mala salida de Alvarez que el volante de la casa aprovechó para meter el zapatazo. En tanto que el del triunfo fue de Leva, al capitalizar el rebote tras el disparo de Reinoso. Este grito cayó en el último minuto del tercer parcial.
Lo mejor se vio en los primeros 20′, allí el equipo fue compacto, con panorama, rápido, con desbordes y como eje recuperar el balón para recién ahí pensar en atacar. Lamberti fue la salida siempre (que luego se tornó muy reiterativa y sin variantes), Bidal el encargado de distribuir el juego y Campo en la presión. Garrido le dio mucha dinámica y Leva retrocedió mucho para de espaldas al arco ser la descarga para luego picar al área. Lo positivo del delantero, más allá de ser quien más habla en la cancha, fue su rápida resolución frente al arco en las pocas chances que tuvo.
El segundo tiempo fue el más parejo, con los que buscan su lugar exigiéndose más y por ende lograron el empate parcial. Mientras que en el tercero los "suplentes" pasaron a dominar y allí es donde el equipo mostró una faceta muy diferente a la que comenzó. Porque aquí perdió la pelota con facilidad y llegar al arco de Mauro Astrada fue casi nula, más allá del gol de Leva. Fue un equipo chato, sin variantes ni sorpresas.
Claro que en cada uno de los tres tiempos, Tempesta habló antes bastante con los jugadores y dio sus indicaciones. Hoy busca la exactitud y en cada práctica de fútbol sigue tras el ideal, que a simple vista no aparece, pero que va por un camino donde mezcla aciertos con desacoples, por lo que sólo faltan más minutos de juego y que el equilibrio llegue.
