Su ubicación geográfica en cordillera caracteriza a Calingasta como el lugar ideal para el predominio de depósitos metálicos. Sin embargo, hay otra minería de larga data que aún subsiste y que responde a la riqueza geológica del lugar. Es el caso de las bentonitas y la alcaparrosa, dos minerales que se explotan en la actualidad y que son utilizados principalmente como fertilizantes agrícolas.

En el caso de la bentonita, los yacimientos se encuentran ubicados fundamentalmente entre las zonas de Hilario, Colón y Barreal, y también hay un pequeño yacimiento en Tamberías. Según explicó Jorge José Gallardo, director en Calingasta de la Escuela Técnica General Manuel Savio (de ella egresan técnicos mineros), la bentonita es una especie de arcilla jabonosa de vastas propiedades. “Es un aglomerante que se utiliza para todo tipo de alimentos balanceados, también se emplea como clarificante de vinos, en la curtiembre y en la preparación de lodos para la perforación de petróleo”, precisó Gallardo. En este último caso, se debe a las propiedades tixotrópicas de la bentonita, es decir, cuando se forma una pulpa de agua y bentonita, el mineral si está en reposo se comporta como un gel y si está en movimiento en un líquido viscoso.

La alcaparrosa, por su parte, es un tipo de sulfato conocido por los geólogos como hexahidrita, mineral que fue descripto por primera vez en el 71´por la Revista de la Asociación Geológica Argentina. Las muestras se tomaron de la mina “Santa Elena”, ubicada en la vertiente derecha de la quebrada de la Alcaparrosa, que desemboca en el río Los Patos, aproximadamente un kilómetro antes de su unión con el río Castaño para formar el río San Juan y a unos siete kilómetros aguas debajo de la población de Calingasta. “La alcaparrosa aún se extrae en la actualidad aunque en menor medida que la bentonita. Cada tanto salen algunos camiones para empresas que la usan como fertilizante o la mezclan con otros minerales para este fin. Tiene un alto contenido de nitrógeno y se extrae como una tierra suelta, se usa como una úrea”, explicó el docente.

Según Gallardo, al presente hay dos empresas dedicadas a la extracción de sulfato de magnesio, aunque a muy poca escala y también para fines agrícolas. “Extraen del cordón montañoso que está entre el kilómetro 110 y La Isla. Es dentro de la zona donde antes se obtenía sulfato de aluminio, aunque en muy pequeñas cantidades”, señaló. Además de ser utilizado como fertilizante, el sulfato de magnesio es valorado en la agricultura para aspersiones foliares, para curar el amarillamiento de las hojas a causa del frío.