Más de lo mismo. Las sucesos de violencia ocurridos ayer en el Barrio Cabot, dejará mucho para replantear. Sportivo Picón venció a Arbol Verde y logró el ascenso a la Primera Local. El resultado y el mismo encuentro resulta anecdótico en comparación con lo que vino después. Apenas el árbitro pitó el final, los hinchas arbolinos se desataron largando piedras e invadiendo el campo de juego. Mientras los jugadores de Picón corrían con lo puesto para retirarse del estadio, la policía respondía con gases y balas de goma. De ahí, los inadaptados se trasladaron a los vestuarios donde se encontraban el plantel local, algunos jugadores de Picón, árbitros, policías, periodistas y fotógrafos. Fueron aproximadamente 40’ minutos de tensión, donde nada cesó. Porque las piedras continuaron cayendo en el techo de los vestuarios que estaba rodeado y resultaba imposible salir. Y afuera, las detonaciones no cesaban.

Finalmente, la famosa “chanchita” de la Policía, sirvió de resguardo para emprender la retirada. Claro que afuera, la violencia no paró. Horas después, cien personas destrozaron la sede de la Motorizada que funciona en el Barrio Cabot, destruyendo dos móviles policiales y dejando el saldo de tres policías heridos, aunque no se registraron detenidos.