Por momentos, el panorama en la escuela Agrotécnica de Huaco, en Jáchal, es confuso. Hay alumnos que deambulan por los patios, pero sin guardapolvos y sin asistir a clases. Es que no hay clases. Todavía está montado un cabildo de papel en la entrada de la escuela. Una de las aulas se convirtió en un depósito de herramientas. Los obreros invadieron las galerías. Y más de veinte padres están apostados en la vereda desde hace 2 semanas, la misma cantidad de tiempo que llevan sin permitir que sus hijos asistan a clases porque no tienen calefacción. Dicen que los chicos no volverán a ingresar a las aulas hasta que las estufas estén funcionando. Un hecho que puede ocurrir recién a fines de la próxima semana, según los directivos de la escuela. Aún así, hay alumnos que siguen yendo al establecimiento para acompañar a sus padres o para ver cómo están refaccionándola. Otros van a buscar apuntes para seguir estudiando.

Ayer mismo por la siesta llegaron a Huaco la secretaria de Educación de la provincia y el director de EGB 3 y Polimodal. Dijeron que, además de trabajar en la nueva instalación eléctrica, harán los proyectos para que en el futuro pongan gas en la escuela. Pero sobre los 10 días de clases perdidos, no hubo definiciones.

Con bufandas, gorros y guantes, los más chicos van a la escuela al mediodía para almorzar. Una actividad que nunca se suspendió a pesar de la protesta de los padres. "Preparamos menos comida porque no vienen todos. Pero hay niños que si no comen acá, se mueren de hambre", dijo una de las maestras del turno mañana. Los chicos albergados, que son unos 20, tampoco están yendo a quedarse de lunes a viernes, como lo hacen durante todo el ciclo lectivo. Pero es usual ver grupos de adolescentes que asisten al secundario, reunidos en la entrada de la escuela. Dicen que es para pasar el tiempo porque no tienen nada más que hacer.

Los padres aseguran que el reclamo por falta de calefacción no es nuevo, pero como nunca les hicieron caso, decidieron que los chicos no vayan a clase, a modo de protesta. Sin embargo, ayer por la mañana, un grupo de alumnos del último año de secundaria se plegó a la movida que organizó la Municipalidad de Jáchal, Gendarmería y la empresa Minas Argentinas, para realizar una limpieza en la zona de La Ciénaga.

Hasta el momento, la metodología de presión les dio resultado, porque el lunes pasado desembarcó en la escuela una tropilla de obreros enviados por el Ministerio de Educación de la provincia para que reparen toda la instalación eléctrica de la escuela, y así poder conectar calefactores eléctricos. Según las autoridades de la escuela, dijeron que la conexión del gas estará lista dentro de tres meses, y que el gas llegará desde Mendoza en tanques especiales. Aún así, los chicos continúan sin asistir a clase, porque tuvieron que cortar la luz y están trabajando dentro de las aulas.

"La escuela nunca tuvo calefacción. Y como hay problemas con la luz, cada vez que enchufaban una estufa, saltaba la térmica", dijo Barbarita Caballero, madre de dos chicos que asisten a la escuela. Hace dos días, desde el municipio les llevaron una camionada de leña, pero todavía no la usan. Dicen que la única salamandra (estufa que funciona a leña) que hay en el edificio está sucia y en mal estado y no tienen portero para que realice el mantenimiento porque hace una semana está con parte médico. "Además es un peligro poner brasas en las aulas, porque sellaron todas las ventanas y ya pasó que uno de los niños se intoxicó el invierno pasado", aseguró Estela Aballay, otra de las madres en protesta.

Uno de los docentes del nivel primario (que tiene 50 alumnos) dijo que les habían dado tarea para la casa porque cuando retornen a clase comenzará el periodo de evaluaciones. Mientras que Verónica Tapia, la directora de la escuela Agrotécnica (con 100 alumnos), afirmó que los docentes están entregándole guías de estudio a los alumnos para que no se retrasen más.