No todo en La Serena es visitar sus amplias playas y disfrutar de su tranquilidad. Porque cuando el viento fresco golpea la costa, los turistas optan por alternativas para seguir gozando de las cosas que tiene la ciudad balnearia de la IV Región.
Muchas de las atracciones son públicas y gratuitas. El foco de concentración de la movida cultural se da en la Plaza de Armas, que está ubicada en pleno centro y frente a la sede del Gobierno municipal.
En una de las calles que rodean la plaza se encuentra una feria de artesanías, gastronomía y música. La entrada es libre y allí se puede encontrar una gran variedad de artesanía local, pero también como ocurre en San Juan, se vende algunas cosas que de artesanal poco tienen.
Rubén Chaparro es uno de los que alquilan una de las tiendas hace ya varias temporadas y cuenta que "la gente mira más de lo que compra. Se interesa por los souvenir de la región".
La feria goza de un patio que es aprovechado para mostrar la típica "cueca chilena", que es muy bien recibida por el turista, quien en su mayoría deja unas monedas en la gorra que luego pasan los bailarines.
Frente a la feria, en la mismísima Plaza de Armas, se improvisan espectáculos artísticos: títeres, música, marionetas y hasta un especie de pai que lee las líneas de las manos.
Nadie falta y todo suma para que la gente se concentre y pase un momento ameno. A pesar de que el movimiento de gente es intenso en los alrededores de la plaza, son pocos los bares, pubs y lugares de comida abiertos después de las 23.30.
Otro es el panorama que se vive en la zona cercana a la playa. La gente aprovecha los múltiples lugares que se ubican al costado de la concurrida Avenida del Mar. Boliches, bares y toda la movida nocturna de La Serena se concentra allí.
A unos 30 metros de la playa está una flamante feria artesanal llamada Aldea del Mar, que concentra a los turistas más exclusivos, debido a la ubicación que tiene y a la calidad y precios que propone.
Según contó a DIARIO DE CUYO Rodrigo Gutiérrez, "la feria tiene unos 40 locales, donde lo único que exigimos es que sólo se venda artesanías, no queremos que sea un lugar más donde hay de todo menos cosas hechas por artesanos". Objetos en madera, tela, chocolatería, frutos secos, entre otros, le dan forma a la Aldea del Mar. Por la originalidad de sus artículos, los precios son altos, aunque siempre está la alternativa de llevar un souvenir por pocos pesos. El regateo o la rebaja están a la orden del día, y más de una vez el precio se reduce hasta la mitad.
