Para mitigar los efectos de las bajas temperaturas en los chicos y también por razones de seguridad, las escuelas de la provincia empezaron a recibir, de parte del Ministerio de Educación, planchas de policarbonato para reemplazar los vidrios que se van rompiendo. En algunos lugares, la cantidad de policarbonato colocado ya es directamente proporcional a los vidrios que retiran, mientras en otros todavía esperan el envío ministerial para dejar de pasar frío. El reemplazo de vidrio por policarbonato en las escuelas tiene varios fundamentos: por un lado, se trata de un material más flexible, resistente a golpes, de mejor aislación termoacústica y mayor durabilidad; y por el otro, es mucho más seguro en cuanto al daño que podría causar su rotura. Esto se desprende de un relevamiento hecho por DIARIO DE CUYO en 20 escuelas de toda la provincia, para ver cuán preparadas están para soportar el frío y en qué condiciones se encuentra su sistema de calefacción, si es que lo tienen.

Los datos de las escuelas relevadas arrojaron como resultado que del total de 20 locales, 13 reunían las condiciones óptimas (en cuanto a calefactores, red de gas y ventanas en buenas condiciones) para soportar las bajas temperaturas, mientras que en 7 existía algún problema, ya sea por falta de vidrios o de calefactor. De esas 7, solamente 2 no tienen funcionando su red de gas, de manera que por más que posean pantallas o estufas en algunos sectores, no los pueden hacer funcionar. Ellas son la Policía Federal (segundo ciclo), en Chimbas, y la EPET Nro 4, en Capital, donde sólo utilizan como calefacción algunas estufas eléctricas.

Los problemas más frecuentes fueron el deterioro de los artefactos, por el uso intensivo, y la constante rotura de vidrios en puertas y ventanas, muchas veces causada por los propios alumnos. En aquellos edificios donde funciona más de una escuela o sus aulas están ocupadas incluso en tres turnos (como el caso de la Normal General San Martín), las pantallas y calefactores sufren desperfectos con más frecuencia. Según explicaron las directoras, no todas las escuelas tienen personal de mantenimiento capacitado para hacer frente a estas reparaciones. Por una cuestión de seguridad, tienen que esperar a que sea personal autorizado por el Ministerio de Educación el que se ocupe de los desperfectos y reemplazos, hecho que muchas veces demora la puesta en funcionamiento de los artefactos.

El otro inconveniente más frecuente, que es la rotura de vidrios en puertas y ventanas, parece haber encontrado una solución más definitiva con el reemplazo por placas de policarbonato. Por tratarse de un material más resistente, es menos probable que sufra roturas severas como ocurre con el vidrio, en las escuelas donde todavía no ha sido reemplazado.