Sobre el suelo y unos papeles de diarios y tapado con manta de polar, Lucas Espejo, un anciano de 74 años, duerme todas las noches dentro del cajero del banco que está en la esquina de Mendoza y Mitre. El hombre que vivió durante mucho tiempo en Buenos Aires vendiendo sánguches y café en un local, ahora vive en la calle porque cuando volvió a la casa de sus padres la encontró usurpada. En una charla con DIARIO DE CUYO pidió ayuda para tener un espacio para vivir.

‘Soy jubilado, pero no me alcanza para nada el dinero. Con suerte como algo todos los días. Es muy duro estar en la calle luego de haber tenido una buena vida. Me da pena por mí, porque siento que ni mi hijo me quiere‘, dijo el hombre, mientras que un vendedor de diarios de la zona le ofreció una taza de café caliente. Según la gente que pasa habitualmente por la zona o que trabaja cerca Lucas no es problemático.

El anciano contó que durante muchos meses durmió en un banco de la plaza 25 de Mayo, casi frente a la Catedral. Pero cuando comenzó a bajar la temperatura le empezó a dar miedo morir de frío. ‘Hubo noches que pasé horas caminando para entrar en calor, porque no podía dormir‘, dijo. Luego de eso y hablando con Alberto Ramos y Roberto Molina, del puesto de diarios y de praliné que hay en la misma esquina, empezó a dormir dentro del banco.

‘Una mañana me dice que pensaba dormir en las escalinatas de la AFIP, porque al menos tenía techo y nosotros le dijimos que se metiera donde están los cajeros automáticos, si es una persona buena que no va a hacer daño. Por eso duerme ahí‘, dijo uno de ellos y contó que cuando pueden le dan ropa o comida.

Según Lucas el problema comenzó cuando decidió regresar a su tierra natal. Sabiendo que estaba la casa de sus padres, supuestamente desocupada, pisó suelo sanjuanino. Cuando llegó se encontró la vivienda usurpada. ‘Es en Villa Krause la casa de mis viejos y ahora hay una mujer que se llama Laura y me corrió de ese lugar que es mío‘, dijo el hombre que se muestra un poco confundido cuando explicó por qué regresó a San Juan sin tener certezas de esa vivienda. Ahora el hombre, que se cambia de ropa y se higieniza en el baño de alguna estación de servicio, pide ayuda para recuperar esa casa y para poder vivir más tranquilo. ‘Sólo quiero terminar mis días en paz y no pasar más frío‘, dijo.