A unos ladrones no le bastó solamente con entrar a robar de todo a una coqueta casa del barrio Palermo, Capital, donde funciona una gerencia de una empresa extranjera, sino que también tuvieron un gran descaro: una vez que inutilizaron la alarma de la vivienda, los delincuentes abrieron una heladera, sacaron fiambres y se pusieron a comer, acompañando la comida con una botella de fernet. No conforme con eso, los malvivientes fueron hasta un quincho en el fondo y jugaron al pool. Finalmente, los desconocidos escaparon con 9 camperas de alta montaña, un plasma y otras cosas valuadas en unos $15.000, comentó Jorgelina Zagarra, asistente privada de la gerencia de la firma "Bailac", propietaria del inmueble atacado.
Aparentemente, los delincuentes ingresaron el sábado a la noche a la casa equipada con alarma y sensores que tiene la firma chilena dedicada al recauchutaje y reparación de neumáticos de vehículos fuera de ruta en Roger Balet 246 Sur, en Desamparados, Capital. El robo fue descubierto recién ayer por otra empleada que llegó a esa vivienda ocupada por la empresa desde octubre pasado y que es usada por gerentes cuando vienen a la provincia, contó Zagarra.
Al parecer, los delincuentes treparon por el frente hasta el techo e ingresaron tras romper una ventana del fondo que no posee rejas. Los sensores se activaron y dispararon la alarma, pero los ladrones los destrozaron. Un vecino llamó a Zagarra, que vino enseguida, pero no pudo ingresar porque no tenía las llaves, contó la mujer, quien supone que a esa hora los ladrones todavía estaban en el interior.
Si más obstáculos, los malvivientes revisaron las habitaciones. De los placares sacaron las camperas, algunas, valuadas en $1.500 y capaces de soportar 30 grados bajo cero, comentó la asistente.
También sustrajeron un teléfono fijo, una navaja, 3 pares de lentes sol "Bolle", herramientas, 3 acolchados, un plasma de 32 pulgadas y otras prendas de vestir, cuyo monto rondaría los $15.000, precisó Zagarra. Lo insólito es que los desconocidos comieron y tomaron en la cocina. Hasta se pusieron a jugar al pool en un quincho, porque las bolas estaban guardadas y aparecieron arriba de la mesa. Después, huyeron por el frente con el botín.
"Es el segundo robo que sufrimos en esta casa. La anterior fue una rueda de auxilio de una camioneta. Los gerentes van a reforzar la seguridad pero en realidad tienen ganas de irse de acá", comentó Zagarra.
