Con su estilo campechano y con sus historias cotidianas triunfa en todo el país cosechando carcajadas y contando por miles los espectadores. De humor llano y directo, apto para todo público, Cacho Garay tiene en San Juan gran aceptación desde hace años. Ahora, y por segunda vez en el año, el humorista mendocino vuelve para presentar "Humor sin vueltas", esta vez de la mano de Fundación Protea. La cita será mañana en el Teatro Sarmiento a las 21 (las entradas pueden adquirirse en boletería del teatro y tarjeta Data, a $100, $90 y $70).
DIARIO DE CUYO encontró al showman atravesando el país en auto después de que la nube volcánica lo dejara varado en Misiones. Admite que las horas por tierra suman cansancio a la gira. "Pero vale la pena", dice Cacho Garay, quien encuentra todo el tiempo nuevas situaciones que pueden subir a escena.
-¿Cómo se renueva para cada show?
-Se van produciendo cambios paulatinamente. Por ahí se me ocurre algo en el escenario y si mis compañeros se ríen y el público lo festeja lo incorporo directamente. Por ahí llego a San Juan contando sobre este viaje (desde Posadas), y eso de que no hay vuelos. Y como hacíamos antes, cuando encima viajábamos a dedo.
– ¿Todo sirve para hacer reír?
– Sí, todo. Lo único de lo que no hablo jamás es de política, religión, razas.
-¿Por qué?
– Porque nadie viene a un espectáculo de humor para de pronto ser herido, agredido. No me gusta herir la susceptibilidad de alguien. Hablamos las mismas cosas que se charlan en el café, entre amigos, en el asado, las mismas macanas.
Es que los argentinos somos todos de muy buen humor, pasa algo feo y al día siguiente alguien dice "Che ¿sabes cómo le dicen al que salió ayer en el noticiero?". Ya alguien hace un chiste sobre eso.
-¿Cómo hace para no repetirse?
– Hay cosas que el público pide, los clásicos del show. Como por ejemplo los bailes de los "70, cada vez que lo saqué la gente lo pidió. Ese segmento lo mantengo, cambio la historia, cuento anécdotas distintas relacionadas con la época porque la gente se siente identificada. Básicos, no los puedo mover, los modernizo de cierta manera.
-¿Cuál es la clave de su éxito?
– Se basa sin duda en que Dios y el público lo decidieron. Este éxito, o como sea, no sé como llamarlo… Esto es suerte. Es una bendición para mí, y es básicamente por la relación que existe entre nosotros y el público. Escenario y platea es casi una relación afectiva.
-¿Cómo se ve Cacho Garay de aquí a 10 años?
– Me gustaría, sino en los escenarios, seguir estando en el mundo, en la tierra (risas). Pero en los escenarios no pongo lo mejor, hay que poner todo para que el público venga y se lleve lo que vino a buscar: una sonrisa, un momento de distracción. Ojalá que en el tiempo perdure este romance con el público y cuando no sea así, habrá que retirarse para ver cómo surgen los que viene de atrás, que eso también seguramente lo viviremos con mucha alegría.
-¿Por qué no está en la gala del humor de Sábado Show?
– Desde Ideas del Sur siempre han tenido la diferencia de convocarme, lo que agradezco, pero a mí me gusta mucho más el contacto directo con la gente.
-¿Más que la tele?
– Sí, sí, porque aprecio la risa, la carcajada y el aplauso ahí, en el momento; no tengo que esperar el día siguiente para ver cuáles son las mediciones, me voy contento a mi casa. Además tampoco coincidimos, había que estar en vivo un sábado y yo estoy de gira lejos de Buenos Aires y no me da. Al elegir prefiero el contacto con el público.
-¿Por qué cree que en San Juan el público le responde siempre?
-Tal vez porque yo soy un cuyano más, toda mi familia paterna es de San Juan, además tenemos relaciones y compadrazgos entre los cuyanos. Yo en San Juan juego de local.
