La escuela festejará hoy sus 100 años de existencia, con una historia que estuvo marcada por hechos desafortunados, pero que no lograron derrumbarla. Se trata de la escuela Isla Vicecomodoro Gustavo Marambio, de Angaco, que sobrevivió a los terremotos del ‘44 y del ‘77, y a un incendio que casi la destruyó por completo. En el acto conmemorativo estará presente toda la comunidad educativa y autoridades invitadas, entre ellas el intendente de San Martín, Cristian Andino, ex alumno de este establecimiento.
La escuela comenzó a funcionar por iniciativa de la gente de El Alamito que quiso contar con un lugar donde los chicos pudieran hacer la primaria. No había un edificio disponible en la zona más que una gran casona de adobe deshabitada, propiedad de la familia Quiroga. Entre todos los vecinos la alquilaron, y en junio de 1911 se transformó en la Escuela Nacional Nro 66, con 50 alumnos.
Pese a su precariedad, el edificio sobrevivió a dos de los siniestros más importante de la provincia: los terremotos del ‘44 y del ‘77, sufriendo, en ambas ocasiones, sólo algunos daños en el techo de caña y barro que los propios vecinos se encargaron de reparar rápidamente para que no se suspendieran las clases.
Con el tiempo, tanto Angaco como El Alamito fueron creciendo en población y ese crecimiento repercutió en la escuela. La matrícula creció de 50 a más de 100 alumnos. El edificio quedó chico.
Nuevamente los padres iniciaron una campaña para encontrar uno acorde a las nuevas necesidades. No lo consiguieron. Pero sí un terreno que quedaba a 20 metros de donde estaba al escuela original. Pertenecía a un señor de apellido Neder que lo donó al municipio de Angaco con la única condición de que allí se construyera, en un plazo de seis meses como máximo, una nueva escuela.
‘El entonces intendente, Augusto Olmos, movió cielo y tierra para conseguir los fondos necesarios -contó Mabel Carrizo, la actual directora del departamento-. Se los dio la Fuerza Aérea Argentina con la única condición que la escuela se llamara Isla Vicecomodoro Gustavo Marambio, en honor al primer piloto argentino en sobrevolar la Antártida en busca de un lugar para construir una pista de aterrizaje. Y así fue‘.
En 1980 se inauguró el nuevo edificio que pasó a contar con la copa de leche y el almuerzo para los casi 200 alumnos. Pero su esplendor duró hasta el 16 de noviembre de 2008. Un incendio destruyó cuatro aulas, el techo de la galería y toda la instalación eléctrica. En este caso, fue el Gobierno de la provincia quien intervino para que en sólo cuatro meses el edificio quedara totalmente refaccionado. Y listo para iniciar el nuevo ciclo lectivo.
