Cuando el sujeto de gorra encaró la puerta, Ricardo Araya (29) apretó el botón del portero eléctrico para abrirle paso. Pensaba que era un cliente de siempre por el aspecto, pero cuando el desconocido cruzó el umbral, supo cuán equivocado estaba.

“¡Dame la plata, dame la plata!”, exigió con un arma, cubriéndose el rostro con el cuello de una prenda. En ese momento, Ricardo fue obligado a tirarse al piso y allí recibió una patada. Y también la amenaza de que si no entregaba la plata recibiría un tiro.

Entonces explicó que no había tal dinero y entregó su billetera con unos 500 pesos, mientras el ladrón sustraía un monitor de 19 pulgadas y la notebook que un cliente acababa de dejar para reparación.

Fue justamente para cargar esa computadora que el cómplice del sujeto armado le quitó la mochila a su amigo José Ramírez (29). Y en ese momento ocurrió lo increíble: en esa mochila habían 12.000 pesos que tenía ocasionalmente Ramírez para depositar apenas lo llamaran por teléfono para cerrar la compra de un auto.

Según Araya, esa secuencia de episodios con sus dañinas consecuencias ocurrieron alrededor de las 21 del viernes en el local de informática “Hacé Click”, en una esquina de Hipólito Yrigoyen y Aristóbulo del Valle, Santa Lucía.

“En diciembre cumplimos dos años acá y es la segunda vez que nos asaltan, la otra fue cuatro meses después que abrimos. Lo de mi amigo me enteré ahora porque no había dicho a nadie de esa plata… era de la venta de una moto y un auto para comprarse otro auto y estaba esperando que lo llamen para depositarla, los tipos ni sabían que la tenía.

Lo más probable es que pongamos cámaras y volvamos a contratar el seguro, porque ahora nos llevaron como 5.000 o 6.000 pesos en mercadería”, contó Araya.