Hoy en día hay investigaciones que explican el impacto biopsicosocial del estrés en la salud. Cuando la alteración supera a la posibilidad de cambio, se favorece el desarrollo de procesos patológicos, por la incidencia de la biología interna.
Algunas investigaciones han demostrado que el estrés se encuentra relacionado con dolencias y patologías mal llamadas ‘de moda’ como:
-Fibromialgia: es un síndrome común en el cual una persona tiene dolor prolongado en todo el cuerpo y sensibilidad en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. También se relaciona con fatiga, problemas de sueño, dolores de cabeza, depresión y ansiedad.
Es más común entre las mujeres de 20 a 50 años.
Se suele tratar con fisioterapia; ejercicios; masajes suaves y técnicas de relajación. A nivel medicinal se prescriben anticonvulsivos, antidepresivos.
relajantes musculares, analgésicos y sedantes para dormir.
-Fatiga crónica (astenia): se caracteriza por una fatiga severa, incapacidad para lograr un sueño reparador, intolerancia a la luz, al sonido y a los cambios de temperatura, dolor muscular y articular, sensación de estado gripal permanente, faringitis crónica, pérdida sustancial de concentración y memoria, desorientación espacial e intolerancia al estrés emocional y a la actividad física. Afecta 4 veces más a mujeres que a hombres y la mayoría de los diagnosticados tienen entre 40 y 50 años. También puede aparecer en los adolescentes.
En la actualidad se trata con psicoterapia cognitivo conductual, suplementos alimenticios, medicación y una alimentación completa que respete todas las comidas, especialmente el desayuno.
-Herpes zóster: es una erupción vesicante y dolorosa provocada por el virus varicella-zoster. Después de contraer varicela, el virus permanece inactivo en ciertos nervios del cuerpo. El herpes zóster ocurre cuando el virus se reactiva en estos nervios después de muchos años.
El primer síntoma generalmente es un dolor en un solo lado, hormigueo o ardor. El dolor y el ardor pueden ser intensos y generalmente se presentan antes de que aparezca cualquier erupción. En la mayoría de las personas se forman parches en la piel, seguidos de pequeñas ampollas que se rompen formando úlceras que luego se secan. El brote suele involucrar un área estrecha de la columna alrededor de la parte frontal de la región ventral o el pecho y también puede comprometer la cara, los ojos, la boca y los oídos. Se medica con antivirales, antihistamínicos para reducir la picazón y analgésicos.
Otras afecciones que puede provocar el estrés son infecciones en la garganta (especialmente entre los estudiantes que se encuentran en época de exámenes), artritis reumatoidea, problemas de tiroides, enfermedades cardiovasculares, presión sanguínea elevada, erupciones en la piel, gastritis, infecciones, insomnio, caída del cabello, úlceras y alergias, entre otras.
Según el organismo de cada persona algunas de estas afecciones aparecen en momentos de mayor tensión y otras son provocadas por la permanente incidencia biológica producto del estrés continuo.
