Los futbolistas del Racing Club le negaron el saludo a su parcialidad apenas consumado el triunfo ante Argentinos Juniors por 2-1, en el Cilindro de Avellaneda. Esa reacción de los jugadores surgió como demostración de repudio por el rayón que le hizo la barrabrava al auto del lateral-volante Braian Lluy, durante la semana posterior al revés en el clásico ante Indpendiente. La actitud que adoptó el plantel lo primero que generó fue sorpresa entre los aficionados, aunque también se escuchó reprobación de parte que aquellos que advirtieron más rápido lo ocurrido. Pero la segunda medida la encabezó la barra que se trasladó con decisión hacia la zona de vestuarios para esperar a los jugadores junto al vallado que protege al micro.
