La inseguridad en un sector de la Catedral y las quejas de la gente obligaron a una drástica decisión, según Rómulo Cámpora, a cargo del principal templo sanjuanino: en la galería del fondo, junto a un rosedal, pondrán portones de hierro para evitar el paso de la gente durante la noche. Es que dicen que allí hay robos y hurtos a los transeúntes, constantemente descubren daños, ensucian el jardín, duermen vagabundos y hasta se reúnen las parejas para tener intimidad.
‘Vamos a hacer portones por las entradas de calle Rivadavia y por la de avenida Central. No van a impedir la visibilidad y van a estar abiertos durante el día, pero a la noche los vamos a cerrar porque es el horario más problemático. Esa galería es un espacio privado, pero siempre estuvo abierta al público para acompañar el paseo’, contó Cámpora.
Si bien el sacerdote señaló que las rejas serán colocadas antes de fin de año, ya comenzaron con algunas tareas, como sacar las grandes macetas con ficus que estaban en la galería para llevarlas al Patio de los Apóstoles (detrás del Campanil) y en los próximos días pintarán el sector y mejorarán la iluminación.
Los problemas más frecuentes en la galería son los robos y hurtos por las noches, aprovechando la oscuridad. ‘Además, frecuentemente tenemos quejas de la gente por las parejas que dan un mal espectáculo y por las personas que se quedan a dormir allí. Otros inconvenientes son que a la galería la usan de baño público y que hubo actos de vandalismo hasta con las plantas que teníamos. Incluso suelen dañar el rosedal. Realmente, así como está, ese sector es un peligro para la ciudadanía’, acotó Cámpora.
El sacerdote indicó que aún no saben cuánto costarán los trabajos metalúrgicos y agregó que el diseño estará a cargo de un arquitecto allegado al templo. ‘Ya hay fieles que han colaborado, pero si nos faltan fondos, no descartamos hacer alguna actividad a beneficio’, expresó Cámpora.
AFECTADA
No es la primera vez que la Catedral tiene problemas con la inseguridad y el vandalismo.
En junio del año pasado, por ejemplo, pusieron custodia policial dentro de templo luego de que un hombre (con facultades mentales alteradas) se metiera a la tumba de monseñor José Américo Orzali, después de correr la pesada tapa de mármol e intentar hacer lo mismo con otra tumba que hay en la cripta de la Catedral.
Pero también porque previamente hubo robos de carteras, billeteras y celulares de fieles que iban a rezar, además del hurto de imágenes de santos y problemas con gente que orinaba y defecaba en los rincones y hasta con las mujeres que dejaban pañales sucios.
A su vez, los empleados que trabajan en la Catedral contaron que suelen hallar objetos que habitualmente se relacionan con brujerías, como sapos muertos y muñecos con alfileres dentro de los confesionarios.
En tanto, en marzo pasado, el miedo a sufrir un robo o profanación obligó a que la reliquia del beato Juan Pablo II, una gota de sangre, deba estar expuesta en una oficina y no junto al altar de la Catedral, pese a que en diciembre de 2011 había sido entronizada y originalmente pensaban exhibirla en el corazón del templo.
