¿Qué es peor, el insulto o la indiferencia del hincha? Y, la verdad, si el jugador tiene alma, lo peor es la indiferencia. Vaya uno a saber qué pasa por el mente y el corazón de los jugadores de River, que vienen de fracaso tras fracaso y cuando parece que no pueden caer más bajo, sorprenden, como con la eliminación en la Libertadores con el Nacional paraguayo.
Y vaya a saber qué pasaba ayer por sus mentes y corazones antes de salir a la cancha, cuando toda la atención estaba centrada en el ingreso y la reacción de los hinchas. Pero no pasó ni la mitad de lo que se esperaba. Hubo insultos, muchos, es verdad, pero sorprendió la indiferencia de buena parte de los fieles seguidores del Millo que fueron al Monumental.
El silencio de mucha gente, el tibio aplauso de otros, tal como mostraron las cámaras de TV y lo que contaron los relatores de radio, fueron el reflejo de lo que los hinchas de River hoy sienten.
En las tribunas hay abatimiento, hay desmotivación y, hay que decirlo, mucha vergüenza. Se esperaban banderas agresivas, cantos agresivos sin parar, pero la mayoría de los simpatizantes optó por seguir casi sin entusiasmo el partido que los jugadores se habían propuesto ganar como sea ante… Gimnasia de Jujuy.
El hincha de River va a la cancha porque es fiel, pero este equipo no genera nada. Por eso también hubo un corto y displicente aplauso en el final, más insultos a la salida de los jugadores por el túnel y el resto, a su casa. Tampoco era cuestión de festejar el triunfo ante el Lobo jujeño.
