Miles de personas trataban de huir durante la jornada de ayer de la capital de Nepal tras el sismo del sábado pasado que provocó más de 4 mil muertes, según informaron ayer fuentes oficiales de esa nación asiática.

Mientras se observaba gente intentando salir del país, otros tantos procuraban huir de la capital, Katmandú, hacia las llanuras que la rodean aterrados por las réplicas. “Las morgues están quedando completamente llenas”, dijo Shankar Koirala, un funcionario de la oficina del primer ministro que está lidiando con la disposición de los cuerpos. Las familias encendieron piras funerarias para quemar los muertos en pueblos de todo el país.

Muchos residentes de Katmandú, una ciudad de un millón de habitantes, han dormido a la intemperie desde el terremoto, ya sea porque sus casas fueron destruidas o porque temen que las réplicas derrumben lo que queda en pie.

Ayer, miles de personas intentaban dejar la ciudad. Las rutas que salen de Katmandú estaban colapsadas de personas, algunas con bebés a cuestas, tratando de subir a autobuses o lograr hacer dedo a los autos y camiones para llegar hacia las llanuras. En el aeropuerto se habían formado largas filas.

“Estamos escapando”, dijo Krishna Muktari, que administra una pequeña tienda en la ciudad de Katmandú. Mientras tanto, la extensión del desastre de Nepal recién comenzaba a conocerse al llegar reportes de devastación desde otras partes del país, uno de los más pobres y subdesarrollados del mundo. En los Himalayas, cientos de montañistas permanecían atrapados en el campamento base, donde una enorme avalancha desatada por el terremoto dejó 17 muertos en el peor desastre que asola al Monte Everest.

“No hay nadie ayudando a la gente en los pueblos. La gente está muriendo donde está”, dijo A.B. Gurung, un soldado nepalés que esperaba en el distrito de Dhading por un helicóptero indio que había llegado a Darkha, su pueblo.

Los enfermos y heridos yacían a la intemperie en la capital, sin posibilidad de encontrar camas en hospitales de la ciudad devastada. En Katmandú y otras zonas, las familias exhaustas tendieron colchones en las calles y levantaron tiendas de campaña para protegerse de la lluvia. La gente hacía filas para conseguir agua entregada por camiones, mientras que las pocas tiendas que permanecían abiertas ya no tenían nada que vender.

Un funcionario de alto nivel del Ministerio del Interior dijo que la cifra de muertos podría llegar a 5.000, en el peor desastre de este tipo en Nepal desde 1934, cuando 8.500 personas perdieron la vida. El Ministerio del Interior indicó que el número de muertos por el sismo de casi 8 grados es de 4.252, de los que al menos 493 cuerpos permanecen aún en depósitos de cadáveres de hospitales, y que 4.522 heridos son atendidos en centros sanitarios, según el diario local “The Himalayan”.

El Gobierno ha habilitado 15 refugios para la población, pero la respuesta oficial está siendo muy pobre y la gente ha tenido que

recurrir a improvisar sus propias tiendas atando ropa o mantas, y a buscarse la comida y el agua.

“No hay ayuda del Gobierno. El Ejército nos está dando agua, pero para conseguirla tienes que estar en la cola durante horas”, lamentó a Efe Manoj Sah, un residente de origen indio, al contar que la gente aguanta con fideos y con lo que puede conseguir, mientras los precios de los alimentos se han disparado y ya cuestan el doble.

Por su parte, el Ejército nepalés informó hoy que quedan supervivientes atrapados en 19 puntos de Katmandú como hoteles, bancos y otros edificios, de acuerdo con el diario nepalés República. (Reuters y Efe)