Un trabajo de investigación encarado por la Municipalidad de 9 de Julio, con motivo del primer centenario de la creación del departamento recordado en diciembre último, reveló un aspecto de la vida de Deolinda Antonia Correa, popularmente conocida como la "Difunta Correa”, que pocas personas tienen en claro.
De acuerdo a datos obtenido por distintos medios, inclusive aquellos transmitidos en forma oral por antiguos pobladores del departamento, Deolinda Correa salió en busca de su marido, Baudilio Clemente Bustos, desde el distrito La Majadita, en 9 de Julio, donde vivía en una propiedad de su padre, Don Pedro Correa. Muchos creen que el periplo de la Difunta Correa comenzó en el centro de la ciudad de San Juan, o en otros lugares que han sido señalados sin precisión, cuando en realidad existen pruebas que demuestran que la familia Correa residía en una propiedad emplazada donde actualmente se encuentra el departamento 9 de Julio y que por ese entonces eran campos ubicados al este de San Juan.
El sufrimiento de Deolinda comenzó cuando su esposo fue reclutado a la fuerza en 1840, para que participara en las guerra civiles entre unitarios y federales que se libraban en distintos puntos del país. Esto hizo que la mujer, angustiada por su marido que había sido llevado hacia La Rioja, y en un intento por huir del acoso de un comisario del lugar, decidiera emprender un viaje que nunca pudo terminar.
"Con su pequeño hijito en brazos, salió desde La Majadita y cruzó el Río San Juan, por la parte más estrecha, es decir la que se encuentra al norte de donde está actualmente el puente que une 9 de Julio con 25 de Mayo”, comienza indicando la publicación. Desde ahí siguió su camino hacia el este, pasando por distritos como Divisora (entre 25 de Mayo y Caucete) y Pozo de los Algarrobos (en Caucete), hasta llegar a la zona conocida actualmente como Control Forestal. Se dice que el camino, que le había indicado unos baqueanos conocidos de la familia Correa, preveía que pasara por las de la Quebrada de Flores, donde habían abundantes aguas vertientes, pero un error de cálculo le impidió ese objetivo y desvió su camino por varios kilómetros. De haber pasado por esas aguadas, el próximo destino era Nikizanga, llegando luego a Las Chacras, lugares en los que podría haberse abastecido en su objetivo de llegar lo más cerca posible de La Rioja, done le habían dicho que Baudilio estaba participando de las denominadas "montoneras”.
El resto de la historia es conocida, aunque no hay muchas precisiones con el destino que tuvo el hijo de Deolinda, encontrado por unos arrieros amamantándose de su madre muerta en medio del desierto. Tampoco se sabe qué pasó con su esposo, ya que hay versiones encontradas respecto de su destino, al señalar algunas que a los años el hombre volvió a San Juan, mientras que otras aseguran que murió peleando.
Lo que se ha anunciado en 9 de Julio es que se está trabajando en un proyecto para identificar con precisión el lugar donde estuvo viviendo Deolinda Correa, en La Majadita, para señalarlo puntualmente con algún monumento o monolito recordatorio, a fin de que los creyentes puedan visita el kilómetro cero de lo que fue la epopeya de esta mujer. La misma que dio lugar al mito y luego a la creencia que hace que todos los años el oratorio de la Difunta Correa, en la localidad de Vallecito, departamento Caucete, sea visitado por miles de personas que llegar de distintos puntos de la provincia, el país y también del extranjero.
