‘En el caso de los chicos buscamos no encasillarlos en un diagnóstico o no les ponemos número a los retrasos mentales, por ejemplo. Intentamos que no tengan techo para que puedan crecer y mejorar, por eso es tan distinta la psiquiatría infantil que la de adultos. Y muchas veces nos piden que busquemos ayuda de otros especialistas para subir de nivel, pero es difícil. Verdaderamente estamos atados de pies y manos. Tenemos una sola psiquiatra infantil, una psicóloga infantil y no tenemos psicopedagogos. Es difícil que demos más, pero hay un proyecto para armar un equipo más amplio para trabajar. Sería lo ideal‘.