"Bebamos alegremente de este vaso resplandeciente de belleza y que la hora efímera se embriague de deleite. Bebamos con el dulce estremecimiento que el amor despierta"; estos son algunos de los versos que recrean el brindis, la escena más famosa de La Traviata, que el próximo 15 de octubre aterrizará con su magia en el Auditorio Juan Victoria.
Ambientada en el París de 1870, esta obra en tres actos está basada en La dama de las camelias, una novela para la que Alexandre Dumas -el hijo del autor del libro Los Tres Mosqueteros- se inspiró en un amor de su juventud.
En su escrito, Alexandre pintó el rostro que lo eclipsó en un teatro parisino, cuando tenía veinte años. El nombre de esa belleza era Marie Duplessis y resultó ser la cortesana más afamada del lugar. Una noche, ambos se encontraron en la casa de una amiga, donde él la encontró desmayada al lado de un recipiente con sangre. Pese a su enfermedad, él quedó perdidamente enamorado. Este encuentro tuvo lugar a principios de 1844 y derivó en un breve y agridulce romance que marcó a fuego a Dumas. Meses después de la muerte de ella, el escritor decidió inmortalizar su recuerdo en un libro que Verdi convirtió en ópera y estrenó en 1853 con el libreto de Francesco Maria Piave.
Abultados miriñaques y trajes de etiqueta dibujan el primer acto, ambientado en una fiesta de cortesanas de alta alcurnia para señores feudales. Aquí, la protagonista es Violetta, la joven que pese a su condición y su enfermedad terminal (padece Tuberculosis) eclipsa a Alfredo, un muchacho de la alta sociedad que decide dejar todo por ella.
"Me queda muy poca vida y jamás pensé en amar. ¿Podrá una cortesana enamorarse?", se pregunta ella dejándose invadir por el amor hacia ese hombre en el que deposita su confianza.
En un segundo acto que transcurre en una casa de campo, donde ella se refugia lejos de su vida liviana y él distanciado de su familia, el conflicto golpea la puerta cuando el suegro le reprocha a la mujer, el haber manchado su apellido.
Tras abandonar a su amado, poniendo como excusa su deseo de regresar a su antigua y libertina existencia, Violetta no puede más que ahogar sus penas en conquistas pasajeras; hasta que, envuelto en celos, él la encuentra y la enfrenta.
¿El final? promete una buena dosis de dramatismo, como no podía ser de otra manera para esta tragedia romántica.
La realización
A cargo de la Opera de San Juan, la pieza de Verdi es la primera producción que pisa el escenario del Auditorio con un imponente montaje que incluye subtítulos en castellano y un amplio despliegue técnico que, como presidente de la fundación, Ricardo Elizondo prefirió guardar como "sorpresa".
"La escenografía es de Emanuel Díaz Ruiz pero quiero mantener la intriga, lo que puedo decir que se va a basar en una puesta lumínica importante y el juego con los módulos del escenario, pero no puedo decir más porque queremos mantener la intriga", señaló.
Respecto a la vestimenta que lucirán los intérpretes, sí pudo adelantar que: "La ropa quedó de la vez anterior, pero tuvimos que hacer 10 trajes más para las mujeres que se sumaron al coro porque el escenario es más ancho que el del Teatro Sarmiento".
La soprano Laura Polverini (como Violetta), el tenor Pablo Gaeta (Alfredo) y el barítono Enrique Gibert (Giorgio Germont), quien viene del Teatro Colón, forma parte del reparto de solistas que completan Romina Pedrozo, Jorge Romero, César Sánchez, Gabriel Arce y Silvia Pérez; junto a 60 voces del Coro de la Universidad Nacional de San Juan y una orquesta de 35 músicos, todos bajo la dirección de la maestra Lucía Zicos.
Recreación de la obra con la que la institución debutó en octubre de 2006 en el Teatro Sarmiento, este emprendimiento contará con el apoyo del Ministerio de Turismo y Cultura de San Juan y será financiado con fondos de la fundación y capitales privados. "La orquesta 35 mil, el coro cuesta 13 mil, ahí ya van 50 mil", expresó Elizondo, que optó por no revelar el costo total de la obra que ascendería a 100 mil pesos.
