Pasa en todo ámbito pues es la ley natural. Entre los seres vivos los ciclos son: nacer, vivir, reproducir y morir. En el deporte, cualquiera sea su índole, ocurre igual con los equipos que hacen historia. Sin dudas, la Generación Dorada es un caso patente. Sus hijos más pródigos de la Liga Nacional de Básquetbol, sino ocurre hoy un batacazo aún mayor que el de Atenas 2004 ante aquel ‘Dream Team’ que luego derivó en el oro olímpico, tendrán hoy su última función como tal. Ginóbili, Scola, Nocioni y Delfino son los últimos ‘sobrevivientes’ de aquel plantel único que comandó Rubén Magnano. Con un oro olímpico y un subcampeonato mundial será, a priori, la última función justamente ante EEUU (18.45). Este poker de ases atraviesa el final de sus carreras y, luego de una gran primera fase, les tocó el peor adversario en el cruce a todo o nada.
Paradójicamente, el seleccionado del vóleibol también hoy puede empezar a ‘crecer’ en ese camino hacia convertirse en un equipo que marque una época. Un antes y un después como hizo la Generación Dorada. Julio Velasco, el Magnano de estos jugadores que tiene al sanjuanino Bruno Lima como uno de sus atacantes, ya les dio las herramientas y les generó el famoso ‘clic’ en la cabeza. El primer puesto histórico en el grupo es una muestra de ello. Ahora es el momento de ‘dar el batacazo’ tal cual remarcó hasta el cansancio el técnico platense de 64 años que volvió al país para ‘devolverle algo de lo que me brindó’ porque según contó ‘me crié en la escuela pública y cuando me fui al exterior no le dejé nada’.
Sabio como pocos, Velasco pidió lucidez para esta noche a las 22.15 en el Maracazinho que explotará de emoción ante los anfitriones. Es el momento de abrir una etapa, posiblemente un par de horas más tarde que se cierre otra. Al fin y al cabo es la vida misma.
