Se lo nota seguro de lo que dice. Está igual que siempre. Más maduro, lógico, pero vital como siempre. Es José Luis Páez. El Negro para todos. Para el ambiente del hockey y para cualquier sanjuanino. Está de vuelta en sus pagos con el Reus de España, el equipo en el que ha jugado las cuatro últimas temporadas. El que hoy, en la actualidad, lo sigue teniendo como referente. Vino al torneo Internacional y, con el que se topa, lo saluda. Ídolo eterno. Aunque, como él lo dice, cerca del final de su carrera como profesional…
– ¿Cierto que colgás los patines?
– Sí, estoy completamente decidido. Lo pensé antes otras veces pero esta vez sí es definitiva. Tengo 41 años, me siento bárbaro físicamente pero el tema pasa por el desgaste. Por el cansancio psicológico. Ya es hora que por mi mente deje de dar vuelta la pelota y girar las rueditas.
– Te veo decidido por completo, ¿es sólo porque te cansaste demasiado?
– En gran parte sí. Me cansé de caerme por una infracción. De un pelotazo. De alguna discusión. Tenés que pensar que cuando estás cansado de todo eso, llegó la hora de irse. No del hockey pero sí de la alta competencia.
– ¿Por qué decís que lo pensaste antes y no te decidías?
-Por lo que me pasó en la vida. Después de separarme y de vivir de otra manera, conocí a una mujer maravillosa. A Gemma (Simó), una catalana que se convirtió en mi gran compañera. Entonces empecé a jugar con otro sentimiento. Siempre apoyado en ella, que fue incondicional conmigo. En las buenas, en las malas, en las difíciles. Hoy estamos ahí. A veces, en la vida, uno se equivoca. No supe jugármela y tuvimos un desencuentro. Igual ella, para mí, es todo.
– ¿Volverías a San Juan a jugar?
– Es casi imposible. Lo haría para un partido despedida, por ejemplo. Es que una vez que no juegue profesionalmente en el Reus voy a seguir en la dirección técnica en el mismo club. Allá está mi vida. Acá tengo amigos en todos lados. Inclusive a quienes les estoy agradecido eternamente, como mis viejos, don Luis (Toledo), mis hermanos, mis técnicos del principio (Roberto Roldán y Carlos Clavel). Tantos, que podría hacer una biografía (risas).
– ¿Vas a ser DT del Reus, lo serías de la Selección argentina?
-¿A quién no le gustaría ser el técnico de la Selección argentina? Es un sueño, pero sólo el tiempo lo dirá. Lo que sí quiero aclarar es que no sueño con volver a jugar en la selección. Es una etapa cumplida.
– ¿Te gustaría que en este torneo te hagan un homenaje?
-Me vuelvo loco. Irme de San Juan homenajeado porque es mi última temporada como profesional es lo máximo. Te digo la verdad, lo he soñado. Diciéndole chau a la gente que llene las tribunas. ¡Qué locura! Sí me lo imagino antes de dormir y a veces me pongo a llorar…
