En 2005, la Corte de Justicia llamó a concurso para designar personal y se descubrió que las respuestas se habían filtrado para favorecer a algunos aspirantes. El proceso se dejó sin efecto, pero se llamó a uno nuevo. El máximo tribunal prorrogó el orden de mérito y los que no ingresaron en primera instancia, lo pudieron hacer después para cubrir nuevas vacantes.
En 2009, los cortistas dejaron de lado la reglamentación que ellos mismos habían escrito y nombraron sin concurso a 39 personas que en su mayoría eran parientes o amigos de funcionarios. Entraron como interinos y después fueron pasados a planta permanente.