La muerte de Kirchner lo sorprende cuando se debatía si en el año 2011 era él o Cristina quien encabezaría la fórmula presidencial.
Probablemente es muy prematuro analizar qué sucederá en la Argentina de los próximos meses. Falta justo un año para elegir presidente.
Hasta ayer el oficialismo se debatía entre dos nombres. Si la fórmula la encabezaba "él o ella". Las últimas mediciones provinciales (publicadas en DIARIO DE CUYO) y nacionales publicadas en diarios de este domingo afirmaban que Cristina tiene una mayor intención de votos que su esposo (38,5% Cristina y 36% Néstor a nivel nacional).
Vendrán en consecuencia meses de fuerte debate político.
Todos sabemos que las cuestiones afectivas inciden al momento de emitir el voto. Si esto sucediere es muy probable que el porcentaje de aprobación de la gestión de Cristina Kirchner se incremente notablemente en los próximos meses, dejándola en inmejorables condiciones de ser ella la candidata a presidente de una de las partes del justicialismo.
En este mismo debate, la presidenta se verá obligada a profundizar o distender los distintos frentes abiertos en los últimos dos años.
Los hechos de los próximos meses, pueden provocar dos escenarios diametralmente opuestos: por un lado una amplia mayoría de apoyo popular, permitiéndole superar el 40% de los votos y dejarla al borde de ganar en primera vuelta la futura elección; y por el otro lado se encontrará con la oposición que tendrá la opción de pelear la elección en forma conjunta o como es hasta hoy en forma dispersa.
Los hechos de ayer definirán si es posible la continuidad histórica de un kirchnerismo sin Kirchner. También tendrá incidencia la nueva estrategia que plantee la oposición al no tener a Néstor Kirchner como centro del debate y polémica.
Es altamente probable que los decibeles de la campaña sean más racionales a partir de ahora. La presidenta estará exigida a mostrarse fuerte, segura y por su parte posiblemente, la oposición como respuesta se presentará como opción con propuestas claras y alternativas al modelo actual.
No es fácil a esta altura pronosticar qué sucederá, o quién impondrá sus criterios.
No es factible vaticinar cuanta incidencia tiene la muerte del presidente del Partido Justicialista en una Argentina que siempre se ha caracterizado por su volatilidad, es decir por el cambio de las opiniones en forma cotidiana.
Sí es de prever que nuevas figuras intervendrán en las decisiones del oficialismo, llámese José Luis Gioja, Alperovich, Sabatella, Scioli u otros.
Indudablemente la presidenta se verá forzada a ampliar la mesa de las decisiones si se trata de sostener la gobernabilidad u obtener la mayor cantidad de votos en las futuras elecciones.
