San Juan.- Es habitual ver en cada desfile patrio, a los más pequeños de las familias, pintados de celeste y blaco. Sin embargo, esta vez no ocurrió así. Entre miles de personas, fue muy raro divisar una bandera argentina. Sólo flameaban aquellas colocadas por el municipio para decorar la ocasión.

‘Recorrí todas las calles. Desde el principio hasta aquí. No vendí ni una sóla bandera’, dijo el vendedor a DIARIO DE CUYO. La crisis económica actual seguramente sea la razón principal. De todas formas, el precio no espantaba. Las más chicas, de plástico, costaban $5. Las grandes, de tela, $50. Y en promo, gorro más bufanta, $100. De todas formas, el hombre regresó a su casa sin ganancias.