Él mismo lo había anunciado. Casi sin querer, aunque a la vez queriéndolo mucho. Algo así como a modo de esperanza el día anterior al enfrentamiento con Brasil había dicho: "Es el momento de ganarles (a los brasileños) y de cortar la racha negativa que tenemos con ellos…’ Y al Pulga se le dio. No jugó un partidazo, pero igual brilló con su sello propio. Inclusive esos destellos de calidad innata le sirvieron para convertirse en el mejor jugador del partido. Por todo lo que resolvió ofensivamente, creando situaciones que no fueron goles de casualidad. Y después por el gol. Ese gol que llegó en el descuento. Como más les duele a los brasileños. Y lo gritó con todo. Lo festejó como si se hubiera sacado un peso de encima. Es que Lionel Messi tenía una deuda pendiente después del Mundial. Así lo sentía él. Igual que todos los argentinos. Porque aquella dolorosa eliminación en Sudáfrica lo había mostrado como una de las figuras visibles.
Igual, él sigue siendo único. Por lo que representa. Por lo que transmite. Si hasta en Qatar, el mundo se le rindió a sus pies.
Hombres, mujeres y niños vestidos con el típico atuendo islámico profesaron su devoción por él. Antes del comienzo del partido, el rosarino hizo su aparición por la alfombra roja del campo de juego y provocó un estruendo. Fue seguido en cada movimiento previo al partido y generó el estremecimiento del estadio cada vez que su imagen fue proyectada en las dos pantallas gigantes ubicadas en ambas cabeceras.
Su sola figura contagia. Por ejemplo, se supo que figura entre los aspirantes al premio Puskás 2010 por "el gol más bonito del año". El galardón fue creado por la FIFA en 2009 en homenaje al fallecido goleador húngaro Ferenc Puskás.
Y ayer su actuación arrancó elogios de la prensa mundial por definir con una jugada magistral el clásico sudamericano. "Brasil no logró cuidarse de Messi’, tituló el sitio on line del diario Lance, el principal deportivo de Brasil.
La Gazzetta dello Sport de Italia habló de "Magia de Messi’ por definir el pleito contra Brasil. Por su parte, el diario deportivo As, de Madrid, elogió a su estilo: "Messi hace bueno en el "90 un amistoso sin historia en Qatar".
