Tantas veces vio sorteos a metros suyo en 35 años, que siempre pensó que alguna vez le iba a tocar a él. Y un buen día, tal como lo soñó, dijeron su nombre y tuvo que caminar unos pasos para recibir el premio. Juan Domingo Ahumada (61), el lustrabotas de la Peatonal que hace tres décadas y media tiene su banquito en Tucumán y Rivadavia, ayer agigantó su protagonismo en la famosa esquina. Es que el hombre que estaba por hacer una lustrada se ganó una moto en un sorteo de los comerciantes, un golpe de suerte que terminó en festejos de muchos por la popularidad que tiene ganada. Así, después de 35 años yendo y viniendo desde la Villa Lerga, Rawson, mañana y tarde, Ahumada dijo que ‘jubilará’ su vieja bicicleta por la moto 0 km.

‘Para el Día de la Madre le compré a mi esposa una cartera y me dieron el cupón. Cuando empezó el sorteo, estaba nervioso y sentía que nombraban gente no estaba presente. Así que volvían a sacar otros cupones. Y justo cuando estaba por atender a un cliente, sentí que por los parlantes dijeron: Juan Domingo Ahumada. Largué todo y ahí nomás me empezaron a felicitar, si casi todo el mundo me conoce’, relató, con esa verborragia que lo caracteriza. El sorteo, en tanto, pertenece a una promoción comercial del ‘Mes de la Madre’.

Ahumada no sólo usa su bici para atender su puesto de lustrabotas, sino también en las noches cuando trabaja de mozo. ‘A veces me toca trabajar en esos campings alejados y no me queda otra que pedalear’, contó. ‘Con mi trabajo hice estudiar a mi hija en la Católica y ya es psicóloga. Y el más chico está estudiando para contador. Desde los 6 años que soy lustrabotas y esto es lo único que sé hacer. Jamás gané algo en un sorteo pero alguna vez me tenía que tocar, ¿no?’, dijo.