Una breve historia de la Plaza Aberastain, recreada incluso en el perímetro del paseo, confirma que la piedra inaugural para la estatua en homenaje a Antonino Aberastain fue colocada en el año 1910, en el marco de los festejos por el Centenario de la Patria. Pero recién 4 años después, en 1914, quedó formalmente inaugurada la estatua que recuerda a quien fuera asesinado en 1861 en La Rinconada, mientras ejercía la gobernación de San Juan. Para cuando se inauguró la estatua, el entorno estaba constituido apenas por un paseo con palmeras, germen de la plaza actual que recién se inauguró después del terremoto de 1944.

El diseño fue obra de un arquitecto chileno, Daniel Ramos Correa, autor entre otras cosas del diseño de la Iglesia Catedral de San Juan y del Cementerio de la Capital. La plaza fue concebida como la culminación de un eje cívico, que contiene a distintos edificios públicos de la provincia.

Con los años, se sumaron otras presencias: un busto de Juan Domingo Perón y otro de Gabriela Mistral lucen en sus pasillos. Y en el centro, el llamado Paseo de la Hermandad, donde se encuentran representadas comunidades de otros países que tienen convenio de hermandad con la capital sanjuanina.