A los 32 años Jorge Eduardo Chica parece haber vivido casi todo. Jugó en San Martín, Desamparados y Unión. Hizo inferiores en River Plate y hoy con mucha tela para cortar como futbolista, está al frente de una empresa que en 10 años evolucionó hasta ser señera en San Juan y en el país en su rubro. Se define como un apasionado del deporte. Siente esa nostalgia como jugador, pero aclara que no se ve como entrenador. Se prueba la pilcha de dirigente como la que más lo seduce. El Coqui, íntimo y sin vueltas. Una vida intensa.

– ¿Cómo definirías a Jorge Chica hoy?

– Yo me veo como un empresario joven, que está comenzando a vivir una etapa muy importante que estuvo justo en el momento indicado. Ese es mi mérito, pero me veo como era en la cancha. Entregando todo, poniendo todo. No fui un virtuoso en el fútbol y menos en los negocios, pero sé que con mucho trabajo, sacrificio y dedicación se pueden lograr cosas importantes.

– ¿Extrañás el fútbol?

– Mentiría si dijera que no. Soy de una familia que se crió en el deporte y nunca voy a renunciar a esa naturaleza. El deporte está en mi sangre y siempre trato de ver a todos los equipos de San Juan. Disfruto de los éxitos de todos. De San Martín, de Sportivo, de Unión, de Trinidad. De todos. Pero confieso que cuando voy a una cancha, me muero por estar adentro.

– La licitación que ganó tu empresa causó escozor por tu relación directa con Juan José Chica y el Gobierno provincial, ¿cómo la analizás?

– Cuando le pusimos toda la energía a la empresa y vimos que había posibilidades de crecer, de tener otros horizontes, no lo dudamos. Nos asociamos con una empresa cordobesa que es la mejor en el país y nos presentamos a la licitación para los servicios de esterilización del Hospital Rawson confiando en lo nuestro. Fuimos la única empresa de San Juan que se presentó y le ganamos a una empresa de Córdoba. No hubo nada raro, todo fue como debe ser y nuestra propuesta fue apuntar a la calidad para lograr ubicarnos en esta posición que tenemos en la actualidad.

– En lo personal ¿qué te queda por lograr?

– Hoy estoy disfrutando la etapa del papá. Disfruto mucho de Ana Paula y trato de brindarle lo mejor de mis tiempos. Estoy aprendiendo todo en esta nueva etapa de mi vida y la asumo con la tranquilidad de saber que intento lo mejor para mi hija.

– Volvamos al fútbol. ¿Qué te dejaron San Martín, Desamparados y Unión?

– Yo nací en San Martín y juro que me dolió mucho esa crítica despiadada de algunos. Fue dura esa etapa. Pero Horacio Bongiovanni me ayudó mucho con la idea de que jugara de visitante solamente. Hice bien las cosas y terminé revirtiendo esos insultos por aplausos. Fue contra El Porvenir y no lo olvido más. Fue duro pero aprendí mucho. Luego, cuando yo estaba pensando en dejar el fútbol apareció Desamparados y volví a vivir. Desde la gente, los vestuarios, el equipo, Todo fue sensacional. Éramos amigos, con muchos sanjuaninos y disfrutamos mucho entrar a una cancha. Y cuando me ofrecieron Unión, vi antes que nada que todos eran también amigos y pasé una etapa muy buena.