Es joven y bonita. También madura y talentosa. Con sus 19 años, luego de haber transitado varios escenarios desde los 14, aquí y en Mendoza, Martina Flores lanzó su primer disco, en formato digital, al que se puede acceder en varias plataformas, desde Spotify, iTunes, Apple Music y Amazon, hasta SoundCloud, BandCamp y CDbaby. Un disco donde esta ex alumna del Central Universitario, que hizo dos años en la Escuela de Música, que incursionó en el teatro (en parte para vencer su timidez) y que viene de familia de músicos, no sólo pone su voz, evocadora y llena de matices, sino también su música (toca teclado y guitarra) y sus letras. A ritmos de pop, rock y canción, más intimistas algunas, otras más agitadas; va destilando historias que hablan del amor, de los vínculos, de la vida… Temas que los sanjuaninos podrán escuchar en vivo, cuando en un par de semanas se lance al ruedo con su nueva banda.
‘El tiempo es tan fugaz que corre para atrás / Se aleja sin saber lo efímero que es / Yo espero nunca más olvidar mi risa’, dice un pasaje de Cuidame, uno de los 7 temas en español que integran el disco y que se completa con White earring, en inglés, idioma en el que también compone y canta. ‘Despertar’ es el título de este flamante material; y que también pinta a esta artista que sentencia ‘Los sueños no se cumplen, se trabajan’.
– ¿Cuándo empezaste a cantar?
– Desde muy chiquita, 6 o 7 años… vengo de familia de músicos. Mi abuelo canta boleros y mi papá sobre todo rock nacional, y mi tío es músico (NdeR: su papá es José Daniel ‘Yeidi’ Flores y su tío Lucio Flores -con quien actuó varias veces- ambos muy conocidos en el ambiente local), así que crecí escuchando la música que ellos escuchaban, y luego yo me fui más por el inglés, el pop, el soul, el rock… Cuando hacía covers cantaba más en inglés…
– También componés en inglés… ¿Estudiaste?
– Sí, estudié y además mi mamá, Lorena Guidi, es profe de inglés, así que esa parte vino por ese lado…
– ¿Y cuándo decidiste que la música dejaba de ser un hobby?
– El año pasado. Salí del secundario decidida a estudiar teatro y me fui un año a Mendoza, pero luego sentí que quería dedicarme a la música, y volví. Por mi tío conocí a Juan Carlos Rubio (NdeR: ex La Gente), y me ofreció ir a su estudio a grabar, algo informal. Yo ya tenía muchas letras, no les había dado mucha importancia, pero fui… Ahí vi que eso era lo mío, hacer canciones y producirlas y grabarlas, me apasiona. Así que lo que empezó como un hobby terminó llevando muchísimo laburo, porque hay una rutina diaria y tengo un profe de canto que me ayuda mucho…
– ¿En casa qué dijeron?
– Me apoyaron 100%, mi mamá y mi papá, están muy involucrados… eso es una bendición y estoy realmente agradecida. Y tengo tres hermanos menores, un varón de 14 que toca la batería y dos nenas de 9 y 6 que son mis primeras admiradoras, se saben todas las canciones de principio a fin (risas).
– ¿Y papá se mete o te deja ser?
– Me deja bastante, tal vez es más crítico en lo técnico, pero en mi música, en cómo elaboro, me deja. Papá, un baboso, como debe ser (risas).
– Ya con el disco, se viene Martina en banda…
– Sí, ya terminó el proceso de producción, la mezcla donde participó Lucio; y masterización que fue en Estudio Orion de Buenos Aires, con Pablo Rabinovich, un groso… El disco se hizo con algunos músicos, pero estuvo más a cargo de Juan Carlos y mío. Ahora estamos viendo la difusión; y estoy trabajando con la banda: Germán Desgens en guitarra, Matías Inostroza en batería y Juan Francisco Rubio en bajo, con la que saldremos a tocar en un par de semanas.
– ¿Qué buscás en el grupo?
– Supongo que esa energía que está más en el vivo. La banda le da otro tinte, más enérgico, está bueno… Además son músicos muy copados y muy buenas personas…
– En cuanto a los temas ¿Cómo elegiste?
– No es que yo pensé un nombre o un concepto y sobre eso armé el disco, pero sí hubo un hilo conductor, tal vez sin querer, pero en el que sí pensé a la hora de ponerle el nombre. Elegí Desperté, que es una de las canciones, porque todas, de algún modo, hablan de un despertar, del dolor, de lo que no querés ver; y qué hacer al respecto, reconstruirnos en base a eso. Son las canciones más sentidas, es un disco muy profundo…
– ¿Autorreferencial?
– Sí, no todo literalmente, pero siempre en algún punto me toca… No sé si está bien o mal, pero siento que es la única forma que tengo de ser auténtica. Yo creo que es lo que hace a un disco o a una canción particular… Como en el teatro, si vos sentís lo que cantás, la gente también lo siente…
– Y abrís el juego a la identificación…
– Esa sería mi aspiración máxima. Yo cuando canto trato de conectar con la gente y casi siempre siento que hay un feedback, y eso es relindo.
– ¿Qué referentes tenés?
– Como cantantes me gustan mucho Aretha Franklin, Ella Fitzgerald… Como compositores Cerati, Spinetta, Fandermole. También me gustan mucho las cantantes que está dando México, Natalia Lafourcade, Carla Morrison, Ximena Sariñana… Siento que mi música va como para ese lado, me gusta la forma femenina de abordar la música. Es otra forma de contar las cosas, porque es otra forma de vivirlas, otra sensibilidad, entonces hasta las palabras son diferentes.
– ¿Y qué proyectás a corto y a largo plazo?
– A medida que uno va creciendo, los proyectos van cambiando ¿no? Yo a los 15 años quería un disco y ya lo tengo; y hoy sueño con tocar con la banda, viajar y volver a producir. Y a largo plazo, mi aspiración es poder vivir de esto.
– ¿Creés que es posible desde San Juan?
– Probablemente en algún momento tenga que irme, pero por ahora creo que es posible; hay muchas herramientas que hay que aprovechar, la tecnología que te permite grabar en una piecita y mandar a masterizar por internet y de repente poder subir tu música directamente desde tu compu a plataformas como BandCamp….
– Que pueden ser una gran vidriera… ¿o no?
– Sí, pero no creo en esto del súper productor que te va a tocar la puerta y te dice ‘te quiero producir’, o si existe es porque ya laburaste muchísimo antes.
– ¿Pero soñás con llegar a teatros, estadios?
– Sí claro, debe ser lo máximo que la gente vaya a verte exclusivamente… Pero sé que esto es un trabajo de hormiga, como todos. Supongo que me va a llevar algunos años, pero estoy disfrutando el camino… Uno siempre piensa ‘cuando tenga esto voy a ser feliz’, y trabajás en eso, lo tenés y como ya estás pensando en otra cosa, no sos feliz… ¿se entiende? Yo creo que la clave, de la vida en general, es disfrutar del proceso, del viaje.
