De un tiempo a esta parte, el sanjuanino Tito Oliva atraviesa su etapa de la madurez con un éxito que lo sorprende a él mismo y que lo llevará otra vez al Auditorio J. Victoria, hoy, junto a Esteban Calderón (bandoneón), Marcelo Laspiur (bajo eléctrico) y Santiago Molina (batería) con los que forma el Jazz Quartet. En esta oportunidad, el autor subirá a escena con un renovado repertorio de temas fusionados con folclore y tango, y tendrá invitados más que especiales, sus dos hijos: Aquiles -que estudia violín en Buenos Aires y terminará de cursar en Francia- y Rosalba -que estudia piano en el Conservatorio Mussorgsky de Ekaterimburgo (Rusia)-.

Si bien viene cosechando grandes logros a lo largo de su carrera, formando variedad de conjuntos y llevando su música a diferentes espacios dentro y fuera del país, no deja de asombrarse por la convocatoria, como aquella a sala llena que tuvo su concierto junto a Diego Vega y Miguel Domeneghini, bajo el nombre Oliva Especial Trío, el pasado 15 de abril en el mismo complejo.

‘La verdad, fue emocionante ver tanta cantidad de público. ¿A qué se debe? Y… la gente debe haber pensado ‘Vamos a ver qué hace este tipo…’. (risas), una ocurrencia muy a su estilo. Claro que cuando se pone en modo serio, reflexiona que la concurrencia masiva tiene que ver con ‘una mejor difusión de las actividades de parte de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ y desde Cultura; y también porque hay necesidad de escuchar cosas nuevas’.

‘¿Qué me sucede por dentro? Creo, con humildad, que en la región logré ser un referente de la música actual, donde combino el lenguaje del jazz, el rock, el folclore y el tango con una visión particular; y fusiono lo popular y lo académico, logrando una característica propia’.

Imparable, revolucionario. Su primer show fue con la legendaria banda Pléyades en 1977 y, desde ahí, no paró. Siempre tuvo el reconocimiento de sus colegas, pero este último tiempo, trajo aún más distinciones para quien también se desempeña como investigador, creador y docente en la UNSJ, y en Mendoza es pianista de otras formaciones como Jazz Cordillerano con la que grabó el álbum Caminos de cornisa con Esteban Calderón como invitado (2009).

‘Vengo atravesando experiencias significativas, motivadoras. Desde que, el año pasado viajé a Italia y Serbia a participar del Festival Internacional Ruidalsud; y fui invitado por la Cancillería para representar al país en el Consulado de Argentina en Nueva York, siento que vivo experiencias que son un aval para seguir’, reconoció quien ya terminó de grabar un nuevo disco que lanzará el mes que viene.

‘La respuesta de la gente te da ánimo para no bajar los brazos. Estoy en un momento especial’, dijo en definitiva, poniendo en palabras, las notas que hacen palpitar su corazón de músico.